Que los huertos de palmeras vuelvan a su estado original y se parezcan menos a un parque. Es una de las reivindicaciones que han realizado los palmereros de Elche al Consell para que la ley del Palmeral prohíba los carteles publicitarios, los bancos, las farolas, los cables y las alcantarillas, sobre todo, en las áreas del Patrimonio de la Humanidad.

Los trabajadores del sector consideran que estos elementos del mobiliario urbano suponen un caos y distorsionan la imagen tradicional del huerto de palmeras. Así de contundente se ha mostrado la Asociación de Palmereros de Elche (Apelx) con la normativa que está en vías de aprobación en el Consell. Si bien, los palmereros piden que todos aquellos elementos que no se puedan eliminar, se integren en el huerto pero que se les dé prioridad a los que estén elaborados con materiales más respetuosos, tales como palma o madera de la palmera datilera. Ésta es una de las quince alegaciones que ha remitido ya el colectivo al Gobierno valenciano para incluirlas en el anteproyecto de la ley.

La preocupación por el deterioro de los huertos ha llevado también a los palmereros a reivindicar que se recuperen las acequias de riego en las zonas del Palmeral donde se construyeron dotaciones públicas como colegios e institutos para que vuelvan a tener las infraestructuras hidráulicas. La razón de los palmereros de añadir esta petición es la de frenar de golpe la muerte sistemática de palmeras y la reducción de ejemplares, tras pavimentarse las parcelas y eliminar el sistema de riego tradicional, sin implantar otro sistema alternativo sin reponer con ejemplares nuevos.

Piden, asimismo, que se exponga a la entrada del colegio el nombre del huerto para concienciar sobre la zona sensible en la que se encuentra.

En este sentido, tampoco quieren que las baldosas acaben «comiéndose» los huertos de palmeras, como cuando el Ayuntamiento ha retranqueado los muros que lindan con palmeras y los ejemplares ven reducida al mínimo la zona de riego. Algo que los palmereros relacionan con la muerte posterior de los ejemplares.

Es por ello por lo que otra de sus alegaciones a la ley del Palmeral pasa por incluir la obligación de reponer con ejemplares nuevos, todas aquellas alineaciones de palmeras que con el paso del tiempo, han desaparecido,lo que acaba pasando factura a la imagen global del huerto.

Reconocimiento al dátil

Especial hincapié hace también el colectivo de palmereros a la distinción del dátil como Bien de Interés Cultural (BIC). Apelx quiere equiparar a la artesanía de la palma blanca esta actividad agrícola y que también pueda contar con este reconocimiento, en concreto al datilero. Plantean, además, que la ley del Palmeral avale la Denominación de Origen del dátil de Elche o en su defecto, que pueda tener algún tipo de protección.

En su defensa del fruto de las palmeras, los trabajadores del sector también inciden en que hay que investigar sobre la resistencia a las plagas de algunos ejemplares, para descubrir nuevas variedades de dátil con valor en el mercado.Entre esa quincena de alegaciones a la ley también destaca la reivindicación de un registro de palmeras datileras.

Encaperuzado y sanciones

En contra de lo que opinan colectivos como Volem Palmerar, opuestos al encaperuzado de palmeras, los palmereros defienden la actividad, en base a su «vinculación histórica» con el Patrimonio de la Humanidad. Hay otras peticiones del sector, como la de tener voz en el futuro plan director del Palmeral o la obligación de que el Patronato, como órgano de control, se reúna una vez al año y que de lo contrario se sancione por dejación de funciones.