? Esconder la droga en el interior de bocadillos, enterrarla en el huerto de paleras, o elevarla a más de dos metros de altura para que no la pueda rastrear y hasta meterla en el interior de estanques o fuentes, bajo una piedra. Así tratan los consumidores de estupefacientes de burlas a los dos perros que trabajan en la Unidad Canina de la Policía Local de Elche. De nada sirve, ya que los canes están entrenados incluso para buscar en el agua, pese a que es más difícil porque el aroma se camufla. Muchos otros optan por, directamente, echar a correr en cuanto ven llegar a la patrulla, para esquivarlos, por eso hacen la avanzadilla a pie y, al pillarlos, sacan a los perros.