La mujer de 64 años que asesinó a su marido, de 73, porque estaba enfermo de alzhéimer cumplirá diez años de prisión. Así lo ha dictaminado la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, después de que el jurado popular declarase culpable a la acusada hace unas semanas. El juicio fue especialmente peculiar, pues hubo que repetirlo después de que el jurado popular lo invalidara al rechazar el acuerdo al que llegó la defensa con la Fiscalía, que pasaba de reducir los 17 años que pedía el Ministerio Público, la única acusación del caso, a tan solo 9, al aplicar una eximente incompleta por enajenación mental. Por tanto, el juicio se celebró de nuevo, con otro jurado, que la declaró culpable por el delito de asesinato, que ella misma confesó ante el tribunal.

La defensa, ejercida por el letrado Javier Roca de Togores, alegó que el crimen se cometió en un contexto en el que la acusada arrastraba una grave depresión porque llevaba años cuidando de familiares dependientes. Su marido ya no la reconocía y quiso quitarse de enmedio, tanto al hombre como a ella misma, ya que habría tratado de suicidarse tras el crimen, para dejar de ser una carga para sus dos hijos, que no presentaron acusación contra su madre y la defendieron durante el juicio.

Desde 2017

Tras el veredicto del jurado, , que tan solo se encarga de determinar si un acusado es culpable o no, lo que estaba por ver era los años de prisión que cumpliría -ya lleva desde marzo de 2017, casi dos años, en la cárcel-. El delito de asesinato lleva aparejada una pena de entre 15 y 25 años de prisión. En el primer juicio la Fiscalía llegó a un acuerdo con la defensa para aplicar una eximente incompleta, pero tras celebrarse el juicio por segunda vez el Ministerio Público rechazó aplicar esa reducción de la pena, si bien pasó de los 17 años que pedía inicialmente a 15. El abogado de la defensa pidió entonces la aplicación de esa atenuante muy cualificada por arrebato u obcecación, tras rechazarse la eximente incompleta por enajenación mental, y el magistrado de la Audiencia encargado de interponer la sentencia, lo ha aplicado, rebajando la pena a los 10 años de prisión. Así, la defensa pedirá al cumplir la mitad de la condena -ya lleva casi dos años- el tercer grado para que la acusada pueda quedar en libertad.