Hasta un informe de la Unesco será necesario para poder tramitar una licencia urbanística, ya sea de actuación, restauración o reconstrucción en el área protegida del Palmeral. El Consell se ha puesto más exigente a la hora de blindar el Patrimonio de la Humanidad, hasta el punto de que no será suficiente con lo que digan las Administraciones públicas o la junta gestora del Palmeral.
También habrá que recurrir al organismo internacional y contar con su visto bueno. Algo que recuerda en parte a lo que ha ocurrido con el Mercado Central y el colectivo asesor de la Unesco, (Icomos), cuyo informe alertando del impacto negativo del proyecto en el Misteri, ha encendido las alarmas en el Ayuntamiento ilicitano ante el riesgo de perder la condición del Patrimonio de la Humanidad.
En el caso del Palmeral, el anteproyecto de ley que acaba de hacer público la Generalitat en el DOGV, como paso previo a su aprobación en las Cortes Valencianas, recoge la necesidad de que la Unesco informe a través de la Secretaría del Comité de Patrimonio Mundial de si la actuación que se plantea puede alterar de manera negativa a los huertos de palmeras inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial y en la zona de amortiguamiento de la Unesco. De este modo, la Conselleria de Cultura podrá más trabas a aquellos que quieran realizar cualquier actividad urbanística o, incluso, ante cualquier proyecto de la Administración pública que pueda tener incidencia en el área de máxima protección del Palmeral. Algo que el borrador elaborado por el Ayuntamiento en 2017 no contemplaba.
Lo que sí que permite la normativa es que, excepcionalmente, se puedan construir espacios culturales o museos dentro de los huertos históricos.
Lo cierto es que el documento que ahora expone a consulta pública el Gobierno valenciano, tras recoger las alegaciones ciudadanas, recoge el espíritu de la normativa impulsada por el equipo de gobierno para actualizar una ley, después de treinta años sin sufrir modificación alguna. Sin embargo, pese a mantenerse, sí que pone más restricciones y cautelas en cuanto a la protección de los huertos frente al ladrillo, según advirtieron especialistas del equipo redactor de la ley.
Cambio de uso
El informe a la Unesco no es el único matiz que incorpora ahora la Administración autonómica, respecto al plan inicial del Ayuntamiento. La normativa que va camino de aprobarse en las Cortes no permitirá reconvertir viviendas que estén dentro de huertos protegidos en hoteles o restaurantes, ni al revés. Cultura ha tumbado un cambio de uso que sí que iba a permitir de manera excepcional el Ayuntamiento.
Esta oportunidad sí que la recogía el borrador municipal, con el objetivo de dar un uso sostenible y poner en valor aquellos enclaves donde ya hay un uso residencial privado. El tripartito quería permitir esa opción, bajo condicionantes, como el de contar con informes de integración paisajística, entre otras exigencias.
El alcalde y el edil de Medio Ambiente aplauden el avance
La nueva consulta previa sobre el anteproyecto de la ley del Palmeral fue ayer aplaudida por el alcalde, Carlos González, y el edil de Medio Ambiente, Antonio García. El Consell da ahora 15 días de plazo para que vecinos y colectivos puedan realizar nuevas aportaciones, para después llevar el documento a las Cortes Valencianas donde se aprobará definitivamente. La normativa supone reformar una ley que ha impulsado el ejecutivo local desde inicio del mandato.
En cambio, el documento de la Administración autonómica ya no hace referencia alguna a esa posibilidad. Lo que sí mantiene igual es la prohibición de hacer nuevas construcciones o ampliaciones de viviendas, hoteles o colegios, en el área de la Unesco, con el fin de alejar cualquier amenaza urbanística, permitiendo las reconstrucciones, pero con el informe pertinente del organismo internacional.
También se pone más estricto el Consell con la modificación de caminos o viales de los huertos. El anteproyecto recoge la prohibición de ampliar su superficie o de colocar coberturas que impermeabilicen el suelo o lo compacten de forma irreversible.
Fuera del perímetro del Palmeral histórico, lo que sí permitirá la futura ley es el uso residencial, hostelero y de alojamientos turísticos, además de nuevas construcciones siempre que la ocupación de la edificación no supere el 2% de la parcela, con una altura máxima de dos plantas.
Reconocimientos para la Acequia Mayor y el Pantano
La aprobación de la Ley del Palmeral supondrá declarar Bien de Interés Cultural (BIC) el área reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, pero también supondrá distinguir a la Acequia Mayor del Pantano y al Pantano como Bien inmueble de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Es otra de las novedades que incluye el Consell en su anteproyecto. La Generalitat quiere darle también una protección a las presas, azudes o rafas, la casa del pantanero, las escaleras, el Canal del Desvío y el tramo original de la Acequia Mayor, con su cajero, acueductos, partidores fijos y móviles, y molinos y restos de molinos hidráulicos. Al mismo tiempo, tal y como ya planteó el equipo de gobierno ilicitano en su propuesta inicial, se declarará Bien de Interés Cultural el oficio de palmerero y la artesanía de la palma blanca.
Por otra parte, la Administración autonómica ha ampliado la representación en la junta gestora del Palmeral, hasta cinco representantes de asociaciones y personas relacionadas con el Patrimonio de la Humanidad, algo que habían reclamado desde la plataforma Volem Palmerar en las alegaciones al documento inicial. En esta línea, para fiscalizar la gestión que se realiza de los huertos, se incorporará la figura de «gerente» del Palmeral, que dirigirá la comisión técnica. Una propuesta que también reclamó el colectivo y que ha sido tenida en cuenta por el Consell. No obstante, hay otras peticiones por parte de las asociaciones que no han obtenido luz verde por parte del Gobierno valenciano, como es la prohibición del encaperuzamiento de palmeras en los huertos históricos. Sí que se permitirá por motivos culturales, pedagógicos o turísticos.
