En plena vorágine por la expansión de las VTC (vehículos de transporte con conductor) a nivel nacional y ante la inminente llegada de una empresa a la ciudad, los taxistas de Elche urgen más derechos para poder ser más competitivos. Esta reclamación llega ahora más que nunca, justo cuando el Gobierno valenciano ha iniciado el proceso para decidir cómo se regula el transporte privado, que pasa por delegar las competencias a los ayuntamientos. Por lo pronto, el tripartito ha aceptado que acatará lo que diga la Generalitat, y que regulará, pero comprometiéndose con los taxistas para evitar que se produzca una competencia desleal en el municipio.
El colectivo trasladó ayer al ejecutivo local durante una reunión la necesidad de elevar la voz en València para poder tener en Elche vehículos de siete plazas. Una demanda que no es nueva pero que coge más fuerza ahora que empresas como Uber han anunciado su llegada a Elche. La directiva de Radio Taxi Elche insiste en que este tipo de vehículos es necesario en el término municipal para atender la demanda de familias numerosas y de turistas, sobre todo en el aeropuerto y también en pedanías. El problema es que en el municipio no tienen el permiso del Consell para contar con este tipo de vehículos, mientras las empresas de alquiler con conductor sí que disponen de coches con mayor capacidad de pasajeros. Los taxistas aseguran haberlos visto en el aeropuerto, donde sí que llegan VTC de otras ciudades, lamenta el sector. La Concejalía de Movilidad ha tomado nota del reclamo del sector y se ha comprometido a presionar a la Dirección General del Transporte de València para conseguir autorizaciones, después de que en anteriores ocasiones ya lo reivindicara a la Administración autonómica, tal y como explicó ayer la edil del área, Esther Díez.
Evitar intrusismo
No obstante, éste no es el único frente que tiene abierto el Ayuntamiento en estos momentos por el conflicto entre VTC y taxis. El ejecutivo local está a expensas de las condiciones que ponga el Consell para el transporte privado. Lo que está claro ya es que la Generalitat se centrará en regular únicamente los servicios de transporte interurbano que realicen las VTC, mientras que permitirá que los ayuntamientos ordenen e intervengan en los servicios urbanos.
Ante ese desafío, el equipo de gobierno no se va a oponer a fijar unas directrices para que las empresas trabajen en la ciudad, si así lo dicta finalmente el Consell. Sin embargo, la edil de Movilidad también advirtió que una vez que la Generalitat concrete la condiciones «se verá si es viable el negocio privado en Elche o no», e incidió en que todavía desconocen cuándo y en qué términos podrán trabajar las VTC en Elche. En todo caso, lo que tienen claro es que darán prioridad al taxi como servicio público que es, por encima de este transporte alternativo y que garantizarán medidas para que no se produzca una competencia desleal.
Por el momento, las negociaciones entre el Consell y el sector del taxi siguen abiertas, pero el ejecutivo local ha querido ponerse del lado de los taxistas. El Ayuntamiento ve asumibles las reivindicaciones del colectivo, como establecer un mínimo de 15 minutos para pedir una VTC o que tengan que volver a las bases.
