La rotonda de Hospital del Vinalopó, en plena construcción para acabar con un punto negro para el tráfico, está de nuevo en el centro de la polémica después de que una promotora inmobiliaria haya pedido al equipo de gobierno la paralización de las obras de la futura glorieta. Los trabajos ya han sido objeto de las críticas del PP por «irregularidades y descoordinación», aseguran. Mientras, el tripartito defiende rotundamente la legalidad de los trabajos.

A través de un escrito enviado por registro, la mercantil ha reclamado que cesen las obras porque la actuación municipal en calle Tonico Sansano Mora y Presidente Adolfo Suárez acabará «comiéndose» parte de las aceras de un edificio que se está levantando en la zona. Algo que reconocen desde el equipo de gobierno.

La promotora asegura que desaparecerán las condiciones de accesibilidad en los tramos afectados, lo que causará perjuicios y desméritos para locales u viviendas más cercanas a la rotonda. Además, alertan de las molestias a los vecinos por la gran proximidad al tráfico rodado y temen que no se puedan colocar terrrazas.

El Ayuntamiento, por su parte, tal y como aseguró el edil de Vía Pública, Héctor Díez, ya ha contestado a la empresa, y ha negado rotundamente que se vayan a quebrantar criterios de accesibilidad, pues, según el Ayuntamiento, las aceras se reducirán en su paso más estrecho a 2,40 metros de ancho y en el resto tendrán más de 5 metros. En medio de este conflicto, el portavoz adjunto del PP, Vicente Granero, culpó al gobierno local de «no hacer bien los deberes», después de que la pasada semana ya tratara de sacarles los colores al haber ocupado una zona verde con la eliminación de decenas de palmeras.

El edil popular señaló ayer a las áreas de Urbanismo y Vía Pública y los acusó de ser «incapaces de atinar en sus proyectos otorgando permisos y concretamente en los anchos de acera que en octubre eran de seismetros para meses después pasar por alto su propia norma y acabar perjudicando a las zonas colindantes dejándolos en 2 o incluso menos».

Y es que el problema es que la mercantil recibió en octubre de 2018 un documento del Ayuntamiento en el que se acreditaba que las aceras iban a ser de 6,40 metros y 6 metros, con chaflanes de 3 metros. Algo que, finalmente, no ha sido así. El edil de Vía Pública justificó ayer ese cambio apuntando a que el documento enviado a la empresa se refería a las aceras tal y como estaban en ese momento y descartó que se haya cambiado el proyecto de la rotonda después.

Nueva polémica

Éste no es el único problema que ha criticado la promotora, también asegura que las obras de la rotonda han dañado elementos de aislamiento e impermeabilización del sótano de un edificio, del lado opuesto al solar de la construcción, por la profundidad de la excavación. Por ello, pide al Ayuntamiento indemnizar los daños y perjuicios ocasionados.

Ante la polémica generada con la rotonda, tanto la edil de Movilidad, Esther Díez, como el concejal de Vía Pública, aseguraron que la actuación estuvo un largo periodo de tiempo en exposición pública sin que se presentaran alegaciones.Es más, Héctor Díez cargó contra el PP por criticar una obra de «interés general» en un punto por donde pasan 16.000 vehículos al día. «Todas las actuaciones que estamos realizando creen que son susceptibles de paralización para decir después que no hemos hecho nada», lamentó eledil responsable de Vía Pública.