El conseller de Educación, Vicent Marzà, enervó ayer un poco más si cabe a padres de alumnos de la comunidad educativa de Torrellano al acudir a Elche a participar en un acto en un instituto y no aprovechar la ocasión para reunirse con las AMPAs de, al menos, el colegio La Paz y el instituto de la citada pedanía. Ambos centros han protagonizado ya demasiadas protestas en las últimas semanas ante no solo los continuos incumplimientos por parte de la administración autonómica en cuanto a las inversiones pendientes, sino también por la falta de información oficial a la que vienen asistiendo desde hace meses.

«Son incapaces de atendernos cara a cara ni cinco minutos», denunciaban ayer desde la AMPA del colegio La Paz. «Demuestran lo poco que les interesan nuestros problemas», añadían.

Y es que Marzà acudió ayer al IES Carrús para mostrar su reconocimiento a los alumnos y a la ONG Save the Children por su compromiso y solidaridad efectiva con los más desfavorecidos. «El IES Carrús ha sabido convertir al alumnado del centro en embajadores de una de las organizaciones humanitarias internacionales más importantes. Eso merece toda nuestra admiración» indicaba el titular de Educación.

Al margen de este acto, y del agradecimiento del citado instituto por el detalle de Marzà por participar en esta cita, pocas palabras de elogio recibía ayer en tierras ilicitantas el conseller cuando trascendió que se hallaba en Elche.

«No tenemos ninguna noticia de ellos», indicaba la asociación de madres y padres de alumnos del IES de Torrellano, un centro con unas reparaciones pendientes desde hace años. «Sabemos, pero no por ellos -refiriéndose a los políticos y a la administraciones-, que la obra está adjudicada y este mes se firmará el contrato», exponían desde esta AMPA acerca de un arreglo que se prometió para 2017 y que aún sigue en trámites.

«Les importa poco eso de que dicen de igualdad educativa y de infraestructuras», agregan por su parte desde el colegio La Paz, un centro cuyos progenitores reclamaban precisamente la pasada semana en su enésima protesta que acudiera el propio conseller Marzà para explicar cuándo comenzarán las obras que llevan esperando una década y que obligan a unos 80 alumnos a estar en barracones.

La «no visita» de Marzà ayer a Torrellano se entendía, al menos en una parte de la comunidad educativa, como una nueva oportunidad perdida para aportar nuevas fechas concretas sobre las infraestructuras y de demostrar al menos que la conselleria es sensible con estos problemas y la ausencia de inversiones educativas en Elche en los últimos años.

El enfado llegó incluso a algunos rincones del Ayuntamiento, adonde tampoco se notificó que ayer fuera a acudir Marzà a Elche y se hablaba de «falta de tacto». Este diario intentó recoger ayer una valoración al respecto por parte de la Conselleria de Educación sin obtener respuesta alguna.