La diputada de Compromís, Marian Campello, ha presentado esta mañana la proposición no de ley para instar al gobierno de España a impulsar una reforma del Código Penal que contemple como delito la persuasión coercitiva con el fin penar la captación de personas en sectas, para evitar casos como el de la ilicitana Patricia Aguilar, que fue liberada en verano del año pasado, tras un año y medio, de la secta que la llevó hasta Perú. De hecho, la diputada ha estado acompañada durante la presentación de esta iniciativa por la portavoz de la familia de Patricia, Noelia Bru, quien ha defendido la necesidad de contar con leyes específicas para evitar que, como les pasó cuando denunciaron el caso de patricia, desde la Fiscalía "nos dijeron que entendían nuestras peticiones, pero no había nada en el Código Penal que sirviera" para actuar legalmente.

Compromís también propone a las Cortes elaborar un estudio sobre la presencia de sectas en la Comunidad Valenciana, cómo operan para captar a sus víctimas y su ámbito territorial de actuación. Por último, desde la formación política proponen elaborar un protocolo de actuación dirigido a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para abordar este tipo de casos, tanto para saber cómo abordar las denuncias, como para el trato de las víctimas.

Según los datos que manejan desde la formación política, actualmente existen cerca de 350 grupos sectarios en España, de los que 50 están en la provincia de Alicante, ya que suelen concentrarse en el norte del país y en las zonas de costa, al tratarse de los territorios más poblados.

Bru ha explicado que, cuando denunciaron el caso de Patricia, "no solo tuvimos que pelear contra el falso gurú que la captó, sino también contra el sistema. Son muchas las pruebas que aportamos pero nada se podía hacer. Ni siquiera cuando encontramos pruebas de que intentaba captar a otra menor, que pensábamos que habíamos dado con la tecla, fueron suficiente. Nos decían que las pruebas estaban bien y demostraban muchas cosas pero no había ningún artículo del Código Penal" por el que se le pudiera imputar un delito.

Desde Compromís han destacado que se trasladará esta propuesta también a su grupo dentro del Congreso, ya que la reforma del Código Penal compete al gobierno, para que se someta a debate y salga adelante, por lo que ha pedido el apoyo de todas las fuerzas políticas.

El caso de Patricia

Patricia Aguilar fue captada por una secta, liderada por Félix Steven Manrique cuando era menor de edad. Cuando cumplió los 18 años, en enero de 2017, abandonó a su familia y puso rumbo a Perú. Sus seres queridos lucharon durante un año y medio hasta que fue liberada, tras ser encontrada por la policía peruana, en mitad de la selva, con un bebé de apenas un mes, desnutridos, y con otros cuatro menores a su cargo. Alberto Aguilar, su padre, viajó hasta Perú para ayudar en la investigación.

Alberto Aguilar nunca olvidará el momento en el que vio a su hija, por primera vez, tras ser rescatada de la secta peruana por la que fue captada y por la que huyó de sus casa durante un año y medio. Recuerda a la perfección los días que estuvo fuera. La familia trata ahora de dejar todo eso atrás y seguir adelante. Y lo están consiguiendo. Contra todo pronóstico, la joven ya vuelve a ser la que era cuando se fue, aunque aún tiene secuelas. Patricia Aguilar ha retomado sus estudios, prepara el acceso a un ciclo de grado superior que quiere usar como puerta de acceso a la universidad. También ha retomado el contacto con sus amigos y su vida cotidiana en su barrio, el Sector V, donde se la puede ver en acciones tan cotidianas como ir a comprar el pan, explica su padre.

Tras el gran trauma por el que pasó en Perú, y tras el choque psicológico que supuso la detención de Félix Steven Manrique y la ruptura de la vida que llevaba mientras fue presa de la secta, lo que se esperaba es que tardase mucho más en recuperar su vida. Sin embargo, Patricia tiene claro que ahora, lo que debe hacer, es recuperar el tiempo perdido y, sobre todo, asegurarle un futuro a su hija, de apenas seis meses. Es por ella por quien ha decidido estudiar, sacarse una carrera y desarrollar su vida profesional. Alberto cuenta, con una sonrisa, cómo ha podido recuperar en este tiempo a su hija para que sea la misma niña que era cuando se fue, tras cumplir los 18 años - ahora tiene 20.