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El control del ruido a tiempo real erradica las denuncias por la música de los locales en Elche

El Ayuntamiento mide a diario los decibelios de todos los pubs del centro desde una sala conectada por sistema remoto. Los establecimientos están obligados a contar con limitadores desde 2017

Un pub de la zona centro de Elche que cuenta con limitador para controlar la música. Antonio Amorós

Una sala contra el ruido controla la música que suena en todos los locales del centro de Elche y de buena parte de la ciudad. La medición de los decibelios a tiempo real ha permitido erradicar en dos años las denuncias vecinales por la música del interior de los pubs, discotecas, restaurantes y cafeterías de Elche.

Desde la entrada en vigor de la nueva ordenanza contra la contaminación acústica en 2017 los establecimientos que tengan música de ambiente en sus interiores están obligados a contar con limitadores que conecten los equipos de música directamente con la Concejalía de Aperturas. De este modo, gracias al control remoto, los ordenadores del Ayuntamiento registran diariamente el sonido del interior de los locales, de manera que si se sobrepasan los niveles permitidos todo queda grabado y, por lo tanto, el infractor no tiene escapatoria.

El sistema permite, así, que los técnicos municipales puedan tener un registro infalible por si se producen anomalías o denuncias.

Tal y como explican desde el departamento dirigido por Carlos Sánchez, las quejas que antes se producían de manera continua ahora se han quedado en nada, gracias a que la fuente del ruido está controlada. En total, 25 locales están conectados con la sala del Ayuntamiento y de ellos, un 85% son pubs y discotecas, mientras que el porcentaje restante corresponde a gimnasios y salas de baile.

La instalación de estos dispositivos en los locales con música es una obligación hasta tal punto de que si el dispositivo no envía diariamente los datos al sistema de inspección, el Ayuntamiento podría suspender de manera preventiva la actividad. Tanto es así que manipular el equipo limitador es una infracción grave que podría acarrear una multa de entre 601 euros y 6.000 euros y la retirada temporal de las licencias o de las autorizaciones correspondientes, tal y como recoge la ordenanza municipal.

De ahí que el Ayuntamiento se encargue de verificar los aparatos en el local cuando van a instalarse, pues los hosteleros necesitan de un certificado para acreditar los limitadores. En el caso de las discotecas, el máximo de decibelios permitidos es de 104 y para los pubs y gimnasios es de 90.

La ordenanza municipal también recoge sanciones para aquellos establecimientos que sobrepasen los niveles de música permitidos, con sanciones que van desde los 60 hasta los 600 euros.

«Incontrolables»

Mientras la música del interior de los locales ha conseguido controlarse por parte del equipo de gobierno, la asignatura pendiente todavía es lograr atajar las denuncias por una fuente del ruido cuyo control se le antoja muy complicado al Ayuntamiento. Se trata de los arrastres de mesas y sillas, los golpes por la carga y descarga de mercancía o las voces demasiado altas en las terrazas de los locales. Por este tipo de situaciones, Aperturas registra entre 15 y 20 denuncias al año.

Sin embargo, para estos casos no hay limitadores para medir de forma remota el ruido, aunque sí que se han puesto en marcha otras medidas como la instalación de sonómetros, tras haber recibido quejas. A finales de año, Aperturas colocó cinco aparatos repartidos por el centro y la plaza de l'Algeps, para medir la intensidad de las conversaciones en zonas con mayor concentración de pubs.

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