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Antonio Ferrer Montiel: «Vamos hacia la medicina de precisión y ahí es la biotecnología la que marca el camino»

El director del Instituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche desgrana las últimas metas que se han logrado en medicina personalizada, dolor crónico, diabetes u oncología

El director del Instituto de Biotecnología, Antonio Ferrer Montiel, en la UMH. antonio amorós

El instituto de la UMH que usted dirige ha evolucionado de la biología celular y molecular a la biotecnología, ¿qué implican estos cambios?

Hemos ido evolucionado en 20 años de hacer ciencia más básica a una más sensible con los problemas de la sociedad y el mercado, por lo que se aúnan los objetivos iniciales en un único campo, el de la biotecnología sanitaria. También hemos potenciado esto con nuestros proyectos, grupos y resultados de investigación. Es lógico que nuestro nombre evolucionara hacia una identidad que describe mejor la actividad que hacemos. Localizarlos en Elche es muy importante porque esta ciudad se caracteriza por su apuesta empresarial.

¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?

El diseño molecular y el diseño de mecanismos de acción. Lo que hacemos es un diseño molecular con una actividad biológica a nivel de fármacos, vacunas y otros campos de la salud como los nutracéuticos y los cosmocéuticos. También hay una línea de investigación que estudia el impacto de los contaminantes ambientales en la salud. De ahí salen las dianas moleculares que permiten desarrollar nuevos medicamentos que tengan un impacto en la salud.

Estas investigaciones que realizan, ¿hacia qué problemas de la salud están enfocados?

Estamos centrados en temas como la diabetes, la inflamación, el dolor crónico o la investigación en oncología con nuevos antitumorales. También desarrollamos vacunas antivíricas útiles en acuicultura porque la mayor parte del pescado que consumimos procede de piscifactorías. En ellas, la ingestión vírica puede dar lugar a pandemias y epidemias brutales. La acuicultura tiene un problema de salud y desarrollamos vacunas para que sean útiles a los peces criados en piscifactorías.

¿Qué financiación recibe el Instituto de Biotecnología?

Las ayudas son escasas, así que el 30% de recursos es captado del sector privado. La apuesta por la trasferencia tecnológica y la orientación al mercado ha supuesto la inversión de empresas farmacéuticas y biotecnólogas de sectores cosméticos. Eso hace que la crisis de financiación pública se haya atenuado. También hemos solicitado recursos a nivel europeo y hemos tenido suerte. Nos han concedido tres proyectos y un máster europeos. Tenemos que buscar los recursos dónde estén.

¿Cuál es el peso de las mujeres en su centro de investigación?

La presencia de mujeres en el instituto es mayoritaria, estamos hablando de un 60%. Para nosotros existen científicos, somos todos iguales y nos repartimos las tareas de formación, investigación y gestión. Siempre se intenta mantener la paridad y, a veces, es complicado porque hay más mujeres que hombres. Somos iguales a nivel de género, este es un barco en el que todos tenemos que remar juntos, independientemente de las etiquetas.

¿Con qué inquietudes llegan los jóvenes que se incorporan?

Con inquietudes inmaduras. Es positivo que tengan preocupaciones científicas y quieran hacer prácticas. Me gusta el hecho de que los alumnos que estudian Bachillerato puedan decidir su futuro. Cuando nos comparamos con otros países, vemos que el grado de madurez es mayor, que sus jóvenes tienen claras las ideas de lo que quieren hacer. Los departamentos universitarios tenemos también la enorme labor de despertar vocaciones. Por eso cada dos años invitamos a los estudiantes del resto de grados y de Bachillerato para que tengan contacto con nuestros investigadores.

Las elecciones a rector que se celebran el próximo 3 de abril, ¿influirán en el instituto?

No deben influir para nada. Tenemos un plan estratégico aprobado por el consejo del instituto. Hay acciones que se deben realizar los próximos cuatro años que ya están acordadas con el actual equipo rectoral. Nuestro objetivo de futuro es alcanzar la excelencia, fomentar la formación e incrementar la internacionalización para captar recursos. Independientemente del próximo equipo rectoral, no podemos renunciar a esto. Hay una clara sintonía entre nuestros objetivos y los de la Universidad.

Quiero plantearle un par de cuestiones relacionadas con la salud. La primera es la de la medicina personalizada en la que trabajan...

Una sola molécula no puede tener efecto terapéutico en todos los pacientes. Hay avances en genómica y aplicaciones de Big Data, inteligencia artificial y machine learning para desarrollar terapias personalizadas. Esto es un avance tremendo, podemos decir al paciente que no le damos cualquier cosa. Vamos hacia la medicina de precisión y ahí la biotecnología marca el camino, es la que puede transformar el conocimiento de los institutos.

La segunda es sobre el dolor crónico...

Estamos centrados en el estudio de la migraña. Es un problema tremendo porque no tiene cura, sólo podemos atenuar sus síntomas. No la conocemos todavía y hay déficits a nivel de experimentación que nos impiden avanzar. Las tecnologías de los microfluidos y la impresión biológica nos permitirán crear organoides in vitro para desarrollar moléculas que contrarresten la migraña.

¿Es necesario que la UA ofrezca también Medicina?

No se pueden sacar graduados por el hecho de que exista una gran demanda. No hay lugar para colocar a tantos médicos, biotecnólogos y biólogos. Genera frustración en los estudiantes que invierten tiempo en aprender y formarse. Hay que pensar las cosas bien y analizarlas. En el entorno en el que existe una Facultad de Medicina, no tiene sentido crear otra. Luego están las decisiones políticas y las estratégicas y económicas de las universidades.

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