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Integrante de la ONG Open Arms

Joaquín Acedo: «El refugiado prefiere morir ahogado antes que regresar a Libia»

Acedo explica en esta entrevista la labor humanitaria que hace su ONG en el Mediterráneo

El integrante de la ONG Open Arms Joaquín Acedo ayer en Santa Pola tras la entrevista.

¿En qué va a consistir la participación mañana de Open Arms en las jornadas de educación y derechos humanos?

Vamos a hablar de quiénes somos, nuestra historia, por qué nacimos y a qué nos dedicamos en la actualidad. Nacimos por una necesidad de acción, como consecuencia de la crisis migratoria en las islas griegas, la costa turca y el mar Egeo. Había un problema y una necesidad de asistir a gente en 2015. Lo hicimos para esa acción y nos dimos cuenta de que de poco valía si no nos comunicábamos. Nadie sabe en nuestro país cuál es el problema real.

¿Cómo es la situación actual que se vive en el Mediterráneo?

Desde Grecia cada vez están cruzando menos pateras, por lo que pueden resolver la situación con su propio servicio de guardacostas. Así que ahora el flujo migratorio se concentra en dos puntos: el norte de Libia y el recorrido que separa a Marruecos y Argelia de España. En Libia los refugiados están engañados por las mafias porque las embarcaciones que utilizan no están preparadas para navegar y tampoco tienen ni combustible ni conocimientos del mar. Europa se lava las manos delegando en los guardacostas libios.

Sus palabras describen un escenario muy duro€

Tenemos imágenes que demuestran que no se cumplen los derechos humanos en Libia. Los subsaharianos están trabajando en condiciones de esclavitud y les roban el poco dinero que tienen. Las ONG estamos muy limitadas para actuar allí y no nos facilitan los medios para dar de comer a esas personas.

Y en el Estrecho, ¿qué está ocurriendo ahora?

En España se hacen cargo de estas situaciones Salvamento Marítimo y la Guardia Civil. Las embarcaciones que salen de Argelia buscan las costas de Alicante y Murcia y las que lo hacen desde Marruecos se dirigen a Andalucía. Ahora, con el frío del invierno y los temporales, el panorama es mucho más complicado. Aún así, se sigue intentando cruzar. Por eso, en los pocos días que llevamos de 2019 ya han muerto más de 200 personas en el Mediterráneo.

Son unos datos que estremecen a cualquier persona€

Estamos hablando solo de las cifras que son conocidas. Luego hay pateras que se pueden hundir con cien personas a bordo sin que nadie tenga constancia y eso no se cuenta en las estadísticas. Lo que más impacta es la desesperación de la gente. Cuando llegamos al rescate nos encontramos con barcas que están sobrecargadas. En las que tienen capacidad para cincuenta personas suelen ir más de 120. Cualquier golpe de mar las vuelca, la situación es dramática. Y hablamos de gente que pasa más de un año para intentarlo.

¿Por qué se llega a ese extremo en pleno siglo XXI?

En el caso de Libia se produce porque los refugiados prefieren antes ahogarse que volver al país. Buscan un lugar en el que les traten bien, son personas normales. Por eso sueñan con llegar a Europa. Cada uno tiene su historia detrás. Los eritreos y somalís escapan de la pobreza extrema, los malienses de la guerra, las mujeres de Costa de Marfil de la ablación€ Solo buscan una vida tranquila, con un trabajo para subsistir y en el que se respeten sus condiciones.

¿Cómo vivió el caso del pesquero Loreto de Santa Pola?

Fue un caso muy desafortunado. Por desgracia, dependemos de las decisiones políticas, eso es una aberración en el mundo marino. Que su propio Gobierno no les diera un puerto es inimaginable. La prioridad número uno en el mar es asistir a la gente que se está ahogando. Es triste que tuvieran que estar tanto tiempo esperando, dependiendo de los políticos, para evitar que los migrantes murieran en el agua.

En su caso concreto, ¿de qué manera inició su actividad con la ONG Open Arms?

Siempre he estado vinculado al mundo de las emergencias, ya que trabajo en el servicio de salvamento de las playas de Alicante. Ahora también puedo desarrollar mi profesión en un entorno que necesita mucha ayuda. Esto es salvamento en estado puro con gente que tiene verdaderos problemas. Es lo que he hecho siempre, mi vocación. Cada vez hace más falta porque la problemática en el mar es mayor. Cuando me surgió la oportunidad de participar, no lo dudé ni un solo segundo.

Y a hora de actuar sobre el terreno, ¿cuál es su función?

He pasado por varios puestos. Empecé como socorrista en 2015 cuando iniciamos la acción en Lesbos. También he trabajado en tierra y he sido patrón de embarcación de salvamento y jefe de misión. Ahora sigo siendo voluntario, como socorrista o como patrón de embarcación, donde haga falta. También participo en las charlas de sensibilización que ofrecemos para enseñar al mundo lo que está pasando.

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