Félix Heras Jiménez, una de las personas queridas en el socialismo ilicitano y alicantino, en el ugetismo alicantino e ilicitano, falleció ayer de madrugada a los 73 años de edad por sorpresa, sembrando de pesar a sus familiares y amigos, que lo recordarán como ese "calvo" (con los años) agradecido, de sonrisa fácil, que un día fue inmigrante desde su municipio, Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo, desde donde vino, como tantos otros a esta provincia de acogida, para convertirse en otro alicantino e ilicitano más de adopción, comprometido con una sociedad que, entonces, veía y ve en la izquierda el progreso hacia una sociedad mejor. Sus hijas, Carolina y Raquel, su pareja, Pili, nunca lo olvidarán, como muchos otros.

Félix, un nombre y un hombre fácil de recordar, que no se ha despertado hoy. Un infarto le ha sorprendido cuando, ya jubilado, pero joven en esto de buscar una hora para la muerte, te la encuentras de cara. Sus restos mortales reposan a esta hora en el Tanatorio de San Juan, aunque será en el de la Siempreviva, en la carretera de Alicante, donde mañana domingo, a las 15.30 horas, habrá un responso antes de la incineración. Félix Heras llegó a Elche en busca de una vida mejor y aquí desarrolló su vida y, como tantos otros, se involucró en la política. Discutir, discutía y defendía como pocos, pero era un hombre razonable que, incluso, si tenía que criticar la política de los suyos, lo hacía. Comenzó su andadura en UGT y el PSOE de Elche y, con el paso de los años, se marchó a Alicante. Ganó unas oposiciones a la conselleria de Bienestar Social y trabajó en la mejora de la sociedad que hoy compartimos.

Quienes le conocimos, quienes compartimos algunos momentos de su vida, sólo le deseamos que allí donde se encuentre, esté la felicidad y esa sociedad completa que siempre buscó.