(EFE).- Más 180.000 personas han visitado los saladares y charcas del paraje natural municipal de El Clot de Galvany de Elche (Alicante), una valiosa zona para insectos, anfibios reptiles, mamíferos y, sobre todo, aves, como la cerceta pardilla y la malvasía cabeciblanca (en peligro de extinción).

Las 360 hectáreas de este enclave situado en las lomas y montes del Cabeçó-Carabassí y la sierra del Cabo de Santa Pola han recibido diversos reconocimientos por su valor intrínseco como reserva de biodiversidad, como su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves o su inclusión en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunitat Valenciana.

Además, el paraje incluye otros elementos patrimoniales de interés, entre los cuales destacan restos de la época romana (una granja de entre el siglo I antes de Cristo y el IV d.C.) y otros vestigios posteriores, como una ermita del XVII y media docena de búnker y trincheras o nidos de metralladoras de la Guerra Civil.

Ni la urbanización ni el incremento de población de la zonas limítrofes han impedido que las aves sigan encontrando en el Clot de Galvany un lugar para el asentamiento y reproducción.

Así, por ejemplo, se trata de uno de los pocos humedales peninsulares donde se ha constatado la reproducción de la cerceta pardilla, una de las aves más amenazadas de España y de Europa occidental.

Según un reciente estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH), "el modelo de gestión desarrollado en este espacio ha permitido la supervivencia de este ecosistema perfecto, situado en primera línea de costa y rodeado de núcleos urbanos".

De hecho, más de medio hectómetro cúbico de agua regenerada de una depuradora de Aigües d'Elx garantiza la supervivencia de este auténtico paraíso ornitológico, que recibió la catalogación de paraje natural municipal en 2005.

La divulgación y educación ambiental es un pilar clave en el modelo de gestión de Aigües d'Elx, que cuenta con un Aula de Cultura para visitas concertadas con colegios, institutos y universidades, y que también impulsa un concurso de fotografía, 'PhotoClot', a través de redes sociales.

En los últimos años se han producido algunos hitos representativos en materia de gestión hídrica y eficiencia del parque ya que entre 2005 y 2007 se crearon las charcas artificiales con agua regenerada, tras ser sometida a tratamientos exhaustivos que permiten su reutilización para usos diferentes al consumo humano.

Este hecho, permite mantener el nivel de llenado de las charcas de forma sostenible sin recurrir al uso de agua potable en una zona geográfica que padece una sequía estructural.

En cuanto a la protección de la biodiversidad, han sido numerosas las iniciativas que, desde el año 2013, se han llevado a cabo para mantener la riqueza de este paraje.

El seguimiento de aves para el anillamiento de paseriformes y fauna que se complementa a través de un convenio con la UMH, la captura de especies invasoras o la recuperación y seguimiento de fauna y flora mediante censos periódicos son algunos ejemplos.

El 14 de septiembre de 2015 se devolvieron al mar 23 ejemplares de tortuga boba, y entre 2014 y 2015 se procedió a la suelta de más de 1.300 fartets (un pez en peligro de extinción).

La repoblación del paraje es otra de las iniciativas que más se han fomentado desde que Aigües d'Elx inició la gestión en 2013 como se refleja que desde esta fecha 2.600 voluntarios hayan participado en la repoblación de 3.700 plantas procedentes del vivero que se encuentra en el propio lugar.

Estas campañas se llevan a cabo habitualmente en los periodos más húmedos del año, entre noviembre y diciembre.

El riego del jardín del aula a través de agua regenerada, el seguimiento del estado del patrimonio histórico, civil y militar y la remodelación completa de los vallados y caminos que recorren el paraje son otras de las acciones que Aigües d'Elx realiza dentro del contrato firmado con el ayuntamiento de Elche para la gestión de El Clot de Galvany. EFE