El antiguo Instituto de Biología Molecular y Celular de la Universidad Miguel Hernández (UMH) ha cambiado de nombre. No se trata de una mera cuestión estética. El hecho de que este centro puntero de la UMH se llame a partir de ahora Instituto en Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE) responde principalmente a la evolución que ha tenido el campo sanitario en las últimas dos décadas, desde que la institución académica y el instituto se pusieron en marcha hasta el momento presente.

Los términos biología molecular y celular han dejado paso a la biotecnología como prueba del peso cada vez mayor de la tecnología en los aspectos relacionados con la medicina. Y, entre los desafíos a los que hace frente el IDiBE, un reto destaca por encima del resto: resolver los problemas derivados del envejecimiento de la población como consecuencia de una mayor esperanza de vida. En este contexto, uno de los principales síntomas es el del dolor artrítico, por lo que los investigadores de la UMH dedican sus esfuerzos a combatir el desgaste de cartílagos y articulaciones.

Una de las spinoff surgidas desde el IDiBE, AntalGenics, también lucha desde el Parque Científico de la UMH para aliviar este tipo de dolor entre los pacientes. Esta firma se centra en paliar el dolor crónico de enfermedades como la artritis y en el desarrollo de productos cosmocéuticos que retrasen el avance de otras patologías, como puede ser la psoriasis. El propio director del instituto universitario, Antonio Ferrer-Montiel, está al frente de este proyecto que ha surgido desde el campus ilicitano.

En el campo del dolor crónico, otro frente abierto al que se le buscan respuestas es al de las migrañas, un problema al que no se le he encontrado cura hasta la fecha. Ante esto, los investigadores ponen el foco en atenuar los síntomas de esta enfermedad. Un estudio con modelos animales que recientemente hizo público el IDiBE reveló que las hormonas sexuales femeninas en la excitabilidad de las neuronas sensoriales pueden explicar el motivo de que las migrañas afectan en mayor medida a las mujeres.

Grandes avances

En el campo de la biotecnología sanitaria, uno de los principales avances que busca el instituto de la UMH está en el terreno de la medicina personalizada, pensada en las características propias del paciente. «Las terapias actuales están enfocadas en medicamentos con los que se quiere curar a todos los pacientes de una misma enfermedad. Lo que hemos aprendido durante todos estos años es que no todos los enfermeros son iguales ni pueden dar las mismas respuestas a cuestiones como el cáncer», explica Ferrer Ferrer-Montiel.

El antiguo Instituto de Biología Molecular y Celular fue puesto en marcha en 1998, al mismo tiempo que la UMH, gracias a la labor realizada por el investigador José Manuel González Ros. El centro aspira a conseguir el sello de excelencia Severo Ochoa, como sucede con el Instituto de Neurociencias, ubicado en el campus de Sant Joan d'Alacant. «Durante estos 20 años hemos detectado que los principales problemas a los que queremos encontrar solución son los que plantean la biotecnología y la salud», añade Ferrer-Montiel, quien sustituyó precisamente a González Ros en la dirección del instituto en 2011.

Implantes y moléculas

De regreso al trabajo que se realiza en el IDiBE para paliar el dolor crónico artrítico, uno de los atenuantes que frena el daño pasa por evitar el atrofiamiento muscular para proteger las articulaciones. La ciencia no ha avanzado tanto como para regenerar los músculos, algo que sí que esperan lograr en los laboratorios de la UMH en el futuro gracias a implantes y uniones de moléculas.

Toda la problemática derivada del aumento de la esperanza de vida se combate en el IDiBE con unos recursos públicos para la ciencia que son escasos. Por este motivo, el 30% de la financiación del centro es privada.