El PP de Elche ha denunciado esta mañana la situación en la que se encuentran varios vecinos de un edificio de Carrús que se derrumbó parcialmente en abril de 2015 y que lleva ya casi cuatro años apuntalado a espera de soluciones definitivas. El candidato del PP, Pablo Ruz ha apelado a la responsabilidad civil del actual equipo de gobierno para que actué sobre el edificio derrumbado y ofrezca una solución a los vecinos afectados, que se sienten olvidados y ninguneados, según el testimonio que ha recogido la formación política.

A punto de cumplirse cuatro años desde el necesario apuntalamiento del edificio en la calle Ginés García Esquitino del barrio de Carrús, no se ha producido ninguna actuación subsidiaria, ni toma de decisiones por parte del tripartito, denuncia el PP, que "durante todo este tiempo ha preferido mirar hacia otro lado y no ofrecer solución alguna a las 10 familias afectadas y que desde abril de 2015 se quedaron sin sus viviendas".

"No solo hemos perdido nuestras casas, sino que además llevamos tres años pagando alquileres a los que ni siquiera podemos hacer frente y no sabemos hasta cuando se alargará esta situación. Nadie nos da ni soluciones, ni respuestas", según comentaba uno de los vecinos y ha dado a conocer el PP.

Ruz ha señalado que "Este es otro ejemplo más de la inoperancia del tripartito y su incapacidad para resolver los problemas reales de los ilicitanos. Y que no es aceptable que casi cuatro años el interés por parte del gobierno ante estas cuestiones haya sido nulo. El Ayuntamiento de Elche debe comportarse como la administración mas cercana. La ciudad cuenta con un fondo de contingencia que debe ser utilizado casos de emergencia y extrema necesidad. Por ello, reclamamos al PSOE que se estudien todos los casos de los vecinos afectados y adopten una decisión lo antes posible. Ya ha pasado demasiado tiempo para que el gobierno municipal siga dando largas a los afectados".

El derrumbe

Un edificio de cinco plantas de altura del barrio de Carrús, de la calle Ginés García Esquitino, se derrumbó en abril de 2015 de forma sorpresiva sin causar heridos de gravedad, según comprobaron los servicios de emergencias que inmediatamente desplegaron un dispositivo para evitar más daños y localizar y atender a las posibles víctimas. Los técnicos del Ayuntamiento inspeccionaron superficialmente el inmueble, descartaron riesgos para otros colindantes y estudiaron el caso para determinar por qué se colapsó el interior, desde el tejado hasta la planta baja, en una superficie de unos cinco metros por diez que corresponde al salón de las viviendas. El derrumbe se produjo sobre las 17.20 horas de forma súbita, aunque tan solo unos segundos antes los vecinos que estaban dentro escucharon algún ruido que les puso en alerta, tal y como contaban sobreponiéndose al inmenso susto, ya en el exterior. De esa manera lograron salir en el último momento algunos de los ocupantes de un inmueble que, pese a estar totalmente habitado, estaba ayer casi vacío.

Un niño de ocho años y su hermana de 18 tuvieron que ser atendidos por las ambulancias de CICU y DYA que se desplazaron al lugar y trasladados al Hospital del Vinalopó, donde se descartó que estuvieran heridos graves, aunque habían quedado cubiertos de polvo y tierra por la caída de cascotes y se encontraban nerviosos. Una mujer de 30 años fue también atendida por un esguince de tobillo que sufrió al bajar corriendo las escaleras y otra mujer embarazada fue atendida por un ataque de ansiedad, aunque no precisó ser trasladada al hospital según fuentes sanitarias.

En el vecindario se vivieron momentos de mucha tensión ante la incertidumbre de que alguna persona hubiera podido quedar atrapada entre los cascotes, mientras los bomberos del Parque Comarcal del Baix Vinalopó repasaban el edificio desde el exterior con ayuda de un vehículo escalera. Acto seguido accedió por el balcón del entresuelo un perro adiestrado del grupo de rescate, que tras rastrear los restos del derrumbe no dio muestras de haber encontrado a ninguna víctima. Por ello se anuló el apoyo de un helicóptero que llegó a desplazarse a Elche desde el parque central de San Vicent. Los bomberos emplearon posteriormente herramientas para cortar la puerta metálica del bajo del edificio, detrás de la cual hallaron el espacio completamente lleno de escombros.

Numerosos efectivos de Policía Local y Policía Nacional cortaron la calle y atendieron a los vecinos, con la prioridad inicialmente de esclarecer si había personas desaparecidas. Aunque en un primer momento saltó la alarma al haber tres vecinos no localizados, finalmente se pudo comprobar que todos se encontraban a salvo. Casi tres horas después del derrumbe, los bomberos consiguieron poner a salvo también a un perro y un gato que habían quedado aislados en la última planta, mientras las grúas municipales retiraban los coches aparcados en la calle, algunos de ellos afectados por la caída de cascotes.

Protección Civil movilizó también a sus voluntarios para colaborar en el desescombro, que anoche pasadas las 22 horas se estaba produciendo mediante grúas de grandes dimensiones y una brigada de derribo. Los trabajos se centraron especialmente en retirar una parte de la cornisa del tejado, una especie de muro que podría alcanzar las tres toneladas de peso según las fuentes consultadas por este diario y que había quedado fragmentado y con peligro de precipitarse a la calle. Según algunos vecinos, el colapso del inmueble comenzó en esa zona, al caer uno de esos fragmentos hacia dentro e ir agujereando uno a uno lo techos de las viviendas