Casi la mitad de las personas mayores que viven en Elche carece de ascensores en sus viviendas, según un estudio municipal. O lo que es lo mismo, unas 14.000 personas en edad de jubilación o superior, de las 36.600 que se calcula que hay en el término municipal. La antiguedad del parque inmobiliario de la ciudad, unido a las dificultades económicas para poder costear una obra, suponen un impedimento para la accesibilidad en los inmuebles.

El mayor envejecimiento que ha experimentado el municipio en solo cinco años hace, según el último estudio elaborado correspondiente a 2016, que cada vez sean más y, aún, más mayores los que pueden estar sufriendo las consecuencias de vivir en edificios sin ascensor y con un grado de discapacidad superior.

Elche contaba en 2011, fecha en la que se realizó el último censo de Población y Vivienda, con 28.412 edificios destinados principalmente o exclusivamente a vivienda. De esa cantidad, solo el 24,5% era accesible y el 17,4% tenía ascensor. Los técnicos municipales argumentan en su último informe que, aunque la recogida de datos del Censo de Población y Vivienda se realizó con anterioridad, no significa que éstos pierdan valor puesto que entre 2011 y 2014 se ha producido una de las mayores crisis inmobiliarias en España que ha paralizado la construcción casi por completo.

En los barrios donde mayor alerta el Consistorio ilicitano es en El Toscar y Carrús, así como también la zona centro y El Pla. En estos enclaves, el problema de la falta de ascensor en edificios en altura donde residen personas mayores podría estar agravándose por el envejecimiento que se ha producido en estos distritos y por el número de viviendas construidas sin elevador, según arroja el estudio. La falta de esta infraestructura en los edificios hace que muchas las personas con discapacidad y los mayores con problemas de movilidad se vean impedidas a salir a la calle y llevar una vida normal por no disponer el edificio de ascensor o rampa de acceso.

También es un motivo de agravio para las familias con menores que han de realizar grandes esfuerzos para subir a la vivienda con los carritos infantiles o la compra o incluso la posibilidad de recibir visitas de personas con dificultades de movilidad.

A ello se une, tal y como advierte el Ayuntamiento, la imposibilidad de cambiar de vivienda debido al escaso valor de venta de un inmueble sin ascensor. Y aunque esto fuese factible, los técnicos municipales advierten que el traslado a otro inmueble puede acarrear desarraigo personal, vecinal y social.

Especial trascendencia

Aunque las dificultades de accesibilidad a las viviendas es común en muchos municipios, la Administración local reconoce que en Elche puede haber una especial relevancia por el desarrollo urbanístico que se produjo en los años de mayor inmigración y de desarrollo económico (décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado) y de las características de los edificios construidos.

Como datos relevantes, solo el 58% de los inmuebles de los años setenta cuentan con ascensor, y precisamente fue en esta década cuando se construyó el grueso de los edificios del término municipal destinados a viviendas. La realidad cambió de forma drástica con el nuevo siglo. Ocho de cada diez edificios construidos a partir del año 2000 se hicieron con ascensor.