La concesionaria del proyecto del Mercado Central, Aparcisa, reclamará la licencia del derribo del edificio en febrero, una vez que finalicen las catas arqueológicas en los alrededores del Mercado. Es el nuevo plazo que maneja la empresa para tirar abajo el inmueble en caso de que los restos arqueológicos que aparezcan en lo que queda por excavar no tengan suficiente valor como para ser protegidos. La adjudicataria calcula que los trabajos en la plaza de la Fruita para estudiar el subsuelo se extenderán todo este mes.

A partir de ahí, la concesionaria tendrá que enviar la memoria técnica a la Conselleria de Cultura sobre las excavaciones y entonces el Gobierno valenciano deberá emitir una resolución sobre si los restos hallados tienen magnitud como para paralizar el proyecto.

Eso sí, Aparcisa tiene la obligación de realizar todavía una cuarta fase de excavaciones, en el frontal del Mercado Central y los Baños Árabes, antes de ejecutar su obra. Por su parte, la firma advierte de que estudiará el subsuelo de esa zona cuando tire abajo el edificio. La documentación sobre las catas no es lo único que tiene que atender Aparcisa si quiere construir el inmueble, también tendrá que presentarle a Cultura el proyecto del inmueble, si quiere derribar el actual edificio.

Las dudas

Mientras tanto, todavía son muchas las incógnitas que quedan por despejar sobre el inmueble, como es qué ocurrirá con la rescisión del contrato que anunció el alcalde a finales de noviembre y que no tiene visos de producirse antes de las elecciones de mayo. Por otro lado, el Icomos, el órgano asesor de la Unesco, reclamó al Ayuntamiento más información sobre la existencia de alternativas de tráfico para la entrada y salida del aparcamiento subterráneo.

Y además, el Consell tiene todavía que posicionarse sobre el refugio de la Guerra Civil que hay debajo del inmueble de abastos y que podría acabar paralizando todo el proyecto. Del mismo modo, está por decidir quién busca la galería subterránea.