La velocidad media en la carretera CV 865 que conecta Elche con Santa Pola ha caído en 20 kilómetros por hora tras la creación de rotondas cerradas en el tramo ilicitano. Así lo ha detectado la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio en sus últimas mediciones sobre el terreno. De este modo, en esta carretera autonómica considerada como la más peligrosa de la provincia, los conductores han pasado a circular a 70 kilómetros por hora, cuando hace dos años la velocidad máxima permitida era de 90 km/h.

La Generalitat Valenciana comenzó por obligar a los conductores a bajar la velocidad en enero de 2016 en los cruces y después aumentó las restricciones en la carretera para atajar los numerosos accidentes que se venían produciendo. El plan de calmado del tráfico, como así lo define el departamento dirigido por María José Salvador, continuó con el cerramiento de las intersecciones de todo el tramo ilicitano. En total, el vial, correspondiente al término de Elche, va a acabar teniendo ocho rotondas cerradas.

A esta medida se suma la instalación de un bordillo. La carretera ha incorporado una barrera de separación entre los dos carriles, de un metro de anchura y con un bordillo en los tramos con más accesos, para evitar así que los vehículos adelanten y que se produzcan los giros a la izquierda. Algo que acababa ocasionando numerosos accidentes de tráfico, cuando no había bordillo alguno.

Esta medida se ha puesto en más de dos kilómetros, al inicio de la carretera. En los tramos donde no hay medianas, la Administración autonómica ha intervenido con pintura, a través de una doble marca vial con cebreado central, y con elementos luminosos.

Este plan para reforzar la seguridad ha supuesto una inversión de 1,5 millones de euros por parte del Gobierno valenciano.

Pros y contras

La instalación del bordillo ha empezado a desatar la polémica entre algunos conductores y opiniones encontradas. Hay quienes cuestionan la efectividad de esta separación y advierten del peligro que puede suponer, sobre todo para los motoristas.

Por el contrario, otros conductores han coincidido en la conveniencia de poner esta barrera de separación e incluso han reclamado que se extienda a otros viales conflictivos como la N-332, entre Santa Pola y La Marina, en la zona de las Salinas de la villa marineraLa Marina. En este punto hace apenas unos días, un accidente se saldó con una fallecida y cinco heridos por un choque frontal.

De cualquier manera, las medidas que ha puesto en marcha el Consell en el tramo del término de Elche son provisionales, ya que en toda la carretera está proyectado un desdoblamiento de los carriles, como se está realizando ahora en la zona perteneciente a Santa Pola. La Generalitat Valenciana alega que ha optado por la colocación de rotondas para acostumbrar a los conductores a lo que en un futuro será el vial definitivo.

Por el momento, el desdoblamiento de la CV865 en el tramo de Santa Pola estará finalizado a finales de marzo, con lo que quedará reconvertida en una vía con características de vía parque. Con respecto al desdoblamiento del tramo de Vereda de Sendres-Valverde, ya en el término municipal de Elche, el Consell tiene ya con un proyecto aprobado que saldrá próximamente a licitación. Tiene partida asignada en el presupuesto de 2019, por lo que se espera poder iniciar las obras a lo largo de este año.