¿Cuáles son las principales líneas que trató ayer en Elche durante su conferencia Mi primera Mi primeraNavidad sin ti
La Navidad es un tiempo complicado para la gente en duelo, en el que se produce un choque entre el escenario y la persona. Durante todo el año es muy difícil pero en estas fechas aparece una brecha más grande. Es un tiempo complejo e intentamos explicar las estrategias más habituales: la huida, fingir que no ha pasado nada, que son las maneras más comunes de afrontar el duelo, no son las mejores durante las Navidades. Cada uno lo debe hacer a su manera y si no le sirve lo que hace, tiene que cambiar.
Dice que lo común es huir o fingir que no ha pasado nada...
Es que la sociedad no está preparada para estar en duelo. Lo mejor sería lo contrario de lo que hacemos, estar conectados con la familia. Nos dicen que seamos fuertes, que no se note, y esa no es la mejor manera. Tenemos que saber que las Navidades nunca van a ser igual y lo aconsejable es construir otras nuevas.
¿Cómo se construyen unas nuevas Navidades?
Lo primero es hacer una reunión familiar previa, convocar a las personas que más se quiere. A partir de ahí hay que quitar los tabúes. Cada familia es una historia: unos cambian de casa para reunirse, otros la comida? Hay que decirnos entre todos que nos necesitamos. En algún momento de las fiestas los seres queridos estarán presentes, ya sea en la cena de Nochebuena o en el día de la lotería. Algo que nos puede venir bien en estos casos es visitar el cementerio el 24 de diciembre por la mañana.
¿Hay algunas acciones que no sean aconsejables?
Eso es algo de cado uno. Por eso, a veces, es bueno hacer dos planes, uno más expuesto a las relaciones sociales y otro personal. Lo evitable siempre es lo que nos hace daño. Hay gente que por ese motivo renuncia a las cenas de estas fechas. Tenemos que cuidarnos y mimarnos. También exponernos a los demás, sin caer nunca en la sobreexposición.
Durante los años que lleva participando en este ciclo le habrán contado varios rituales...
Uno que puedo destacar es el de una familia que conocí que había perdido a su hija. Como podían permitírselo, por estas fechas se iban a México. Su idea era la de huir de la Navidad, buscando el calor y la playa. Los primeros años les ayudó. Al final, tuvieron que enfrentarse a su primera Navidad. Aunque te vayas y fantasees con que estás bien, los recuerdos van contigo. Si no se le hace frente al dolor, vuelve, no hay ningún atajo. Esta familia tenía nietos y no pudo estar toda la vida huyendo de las Navidades.
Otra cuestión muy importante en estas circustancias es la de los niños, ¿qué se debe hacer con los más pequeños?
Somos los modelos de los niños. Si ellos ven que huimos, que nos encerramos en el baño a llorar, no es bueno. En cambio, si lo gestionamos adecuadamente, les quitamos el miedo al dolor. Hay que hacerlo de una forma sana. Los niños nos pueden ayudar mucho con un dibujo al abuelo que ya no está, con la colocación del belén, escribiendo una carta? Hay que utilizarlos para desdramatizar la situación con un poco de teatro. Ellos nos miran a ver cómo estamos cuando hay una muerte en casa.
¿Cuál es el objetivo final que se busca en estas conferencias?
En la sociedad existen muchos mitos y estamos perdidos, nos queda hacer lo que creemos que es mejor. Cuando el público viene a las conferencias y se le desmontan sus teorías, es que lo hemos hecho bien. Luego cada uno hace lo que considera. Una mujer nos dijo que ponía una rosa en la silla de su padre fallecido y eso le ayudaba. Lo que hacen las charlas es ofrecer ideas y desmontar las falsas creencias que hay. Ese es el objetivo con el que las pusimos en marcha.
Los que hayan sufrido una muerte hace poco, ¿qué es lo mejor que pueden hacer?
Cuando la muerte es reciente, es posible que estas Navidades no sean las peores porque todavía hay conmoción. El próximo año, las segundas Navidades serán realmente las primeras.
