Elche gastó el pasado año un 1,5% menos de agua (14 hectómetros cúbicos), pero el dato ha dejado de ser importante si se compara con las obras pendientes de ejecución y a las que se refirió ayer el gerente de Aigües d'Elx, Francisco Javier Prieto, en el tradicional desayuno-balance navideño con los medios de comunicación. Tanto la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Algorós como la conexión de las obras que se están realizando en Peña de las Águilas están en el aire y pendiente de que otras administraciones le den el visto bueno, lo que supondría inversiones que suman 46 millones de euros.

Lo más importante es dar una solución de olores y modernización a la EDAR porque, tal y como admitió el gerente, «puede oler en un momento pero no puede oler como huele la de Algorós». Y este asunto, por lo visto ayer, está más que verde porque es la Generalitat, a través de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR), la que tiene que hacer frente a un proyecto que alcanza los 40 millones de euros y que aún tiene por decidir ubicación y modificación o no del actual sistema de tratamiento (por fangos activos). Y esta importante inversión no lo es tanto si se tiene en cuenta que los ilicitanos contribuyen con 10,5 millones de euros cada año al mantenimiento y mejora de sus tres depuradoras de los que, realmente, solo se gastan por la EPSAR cuatro millones y medio. Es decir, Elche da más de lo que recibe.

«Aigües» es partidaria de trasladar la planta, aunque es consciente de que hay que buscar una ubicación (lo que no parece fácil) y que esto supondrá costes añadidos, pero no lo es tanto de modificar el actual sistema de depuración sin garantías de que el nuevo sea mejor. El gerente espera que al final se adopte una solución técnica y no política en un asunto que compromete y mucho el proyecto de convertir a Elche en Ciudad Verde Europea en 2030.

Y el otro asunto pendiente, el de la conexión de Peña de las Águilas podría llegarse al absurdo de que la empresa concluya los trabajos sin tener dónde conectarse y esta decisión depende del Ministerio de Transición Ecológica y de la Confederación Hidrográfica y de los seis millones de euros que hace falta.

Con respecto a la misma, el gerente explicó que la fase 3 está conclusa y la fase 4, al 50%, «el año que viene queremos iniciar la fase 5». Ahora bien, toda esta infraestructura no servirá de nada si no se conectan a los colectores primarios, «estamos en esas conversaciones para conseguir que se inicien las obras para que estas cuatro fases (de Aigües) que estarán terminadas en febrero de 2019 puedan entrar en funcionamiento». Para ello es preciso una tuburía de 11 kilómetros , algo que no está en manos de «Aigües» y sí de la Generalitat. «Si seguimos avanzando en año y medio Peña de las Águilas podrá dar uso a todas esas inversiones», dijo Prieto, siempre y cuando se ejecuten las obras que dependen del Gobierno y que tardarían un año. Precisamente, hoy está previsto una reunión en Madrid por este asunto.