Los miles de dátiles que han caído durante las últimas semanas en una de las aceras, frente al Hospital General de Elche, han terminado por convertirse en un complicado acompañante para los peatones que son incapaces de esquivarlos. El azucar de este fruto tan ilicitano termina en los zapatos. No estaría de más una limpieza, más bien a fondo, o bien que se recogieran antes de caer a la calzada.