Desde el convento de las Clarisas admiten que la venta de dulces de navideños les ayuda a aumentar los fondos para hacer frente a gastos corrientes. No obstante este año tienen otro objetivo: el de poder destinar algo del dinero que se recaude (el año pasado recogieron unos 5.000 euros) a reparar la máquina con la que hacen las formas que luego venden a las parroquias y de donde obtienen la mayor parte de sus ingresos. «La máquina está averiada y necesitamos repararla», aseguraron.