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«No nos vamos de aquí sin parking»

Los placeros del mercado provisional levantan las persianas de sus negocios con temor a que el asunto del Mercado acabe en los juzgados y se eternice - Cuestionan los argumentos del Icomos y del alcalde y rechazan un edificio sin aparcamiento

Entre la incertidumbre, la incredulidad y la indignación, pero sin perder todavía lo último que les queda, la esperanza. Un día después de que el alcalde, Carlos González, anunciara que romperá el contrato con la concesionaria del Mercado, los placeros afrontaban ayer su jornada de trabajo con una sensación casi generalizada de estar en mitad de «una guerra política». También hay otra convicción que les une. Insisten en que no se marcharán de sus puestos sin contar con un parking.

Ni el primer informe de Icomos, el organismo asesor de la Unesco, y mucho menos la notificación que hace unos días ha realizado la ONG a la primera autoridad local les convence. La treintena de placeros que abre cada día sus puestos en las instalaciones de la avenida del País Valenciano rechaza que los argumentos, en los que se refugia Carlos González para haber dado el paso y anunciar la rescisión del contrato, tengan peso suficiente, porque opinan que el Ayuntamiento ha remitido a Icomos «información sesgada» sobre el impacto del Mercado en el Misteri. También acusan a los responsables políticos de haberle dado la vuelta a la reciente comunicación de Icomos y descartan que el organismo haya emitido un nuevo veredicto, ya que les ha vuelto a pedir más información.

Es por ello por lo que creen que el razonamiento del alcalde no va a ningún lado y, con eso, aún se niegan a darlo todo por perdido, dentro de lo negro que lo ven algunos. Los más optimistas piensan que de aquí a las elecciones de mayo el equipo de gobierno no llegará a este extremo y que todavía les quedarán opciones de tener un Mercado nuevo, al haber firmado un contrato de una concesión pública que es legal.

Sin embargo, entre los placeros hay quienes no lo ven tan claro y dudan de los años que puedan aguantar sus negocios en las instalaciones provisionales si el conflicto acaba eternizándose en los juzgados.

El aparcamiento subterráneo es una de las principales razones que les motivaron a firmar el contrato con Aparcisa. De hecho, aunque la mayoría de vendedores ha notado un tirón en las ventas, respecto a la época en la que se encontraban en el antiguo edificio, también los hay que advierten de que sus negocios se están «desinflando», porque sus clientes echan en falta un lugar para aparcar.

Así las cosas, los placeros están estos días más que nunca a la expectativa ante los pasos que pueda dar el Ayuntamiento sin saber cómo acabará todo.

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