Los tiempos y las formas de trabajar cambian constantemente, y así se refleja en sectores tradicionales como el del calzado, con una clara vocación internacional. Al cabo del año es muy importante la cantidad de producción que sale de las fábricas de calzado de la provincia que acaba en el exterior, pero también lo es la producción de otros países que llega a la provincia, desde donde, después, se distribuye a los mercados. En el primer semestre de 2018 la Comunidad Valenciana importó calzado por valor de 405 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,4% respecto al mismo periodo del año anterior, según el análisis que realiza la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE). Un periodo en el que llama la atención de la patronal nacional el incremento que están experimentando las importaciones que llegan de países como Camboya, con aumentos que superan el 100%.

Esto es una consecuencia, explicó el presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español, José Monzonís, «del traslado de la producción del sector moda (calzado y textil) a países del Sudeste Asiático donde el coste de la mano de obra es menor».

La principal afectada de esta tónica, como ya se ha venido indicando durante los últimos meses, es China, que sigue liderando las importaciones de calzado, pero que en la primera mitad de 2018 perdió cuota de mercado. En el primer semestre de 2018 desde China se importó el 59,89% del calzado que llegó a España, pero supuso un 3,62% menos que en el mismo periodo de 2017.

Esto demuestra, según indicaron desde la patronal nacional, que el proceso de traslado de la producción internacional a otros países del Sudeste Asiático se está acrecentando, debido al aumento de costes de producción de las zonas de China más industriales.

Control

Varios son los empresarios ilicitanos que admiten que las compras que realizan en China son más caras que antes, aunque indican que operar en países como Camboya, donde se está disparando la producción, conlleva tener a equipos allí que controlen la calidad de la producción. Un motivo por el que siguen siendo muchas las empresas de la provincia que siguen apostando por países como China o India para importar calzado.

No obstante, el aumento de la producción que sale de Camboya con destino a España es muy significativo. En 2017 este incremento se cifró en un 134%, y durante el primer semestre de 2018 el aumento ha sido del 108%. Entre enero y junio de 2018 llegaron a España 3,6 millones de pares de zapatos desde Camboya, con un valor de 36,8 millones de euros, lo que ha llevado a este país del sudeste asiático a colarse entre los diez principales proveedores de calzado a España. Concretamente Camboya ha pasado a ocupar la octava posición.

También destaca el crecimiento que ha experimentado Bangladesh, donde el volumen de calzado importado a España ha aumentado en un 37,5%, lo que refuerza la teoría del traslado de la producción de China a otros países del entorno con menor coste en la mano de obra, apuntaron desde la patronal zapatera.

La presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marian Cano, valoró que «el sector del calzado a nivel internacional mira actualmente hacia todos los lados. Nos movemos en un mercado que cada vez está más globalizado, y por ello las empresas del sector que tienen una visión de internacionalización estudian todas las opciones posibles que tienen a su alcance a la hora de seleccionar a sus proveedores en unos países o en otros».

Esto es lo que ha llevado a que durante los últimos años se esté reduciendo el volumen de importaciones que llegan desde China, y que esta demanda se esté trasladando a otros países del entorno asiático, como Camboya, Vietnam, Indonesia o India.

Europa

La compra de calzado a países europeos se mantiene más o menos estable. Llama la atención el incremento del 20,64% de las importaciones de calzado desde Bélgica, en el primer semestre de 2018, y el aumento del 12,3% del calzado que llega desde Italia, el principal competidor del calzado español.