Tres kilos de queso, mojama, tabletas de turrones y bombones de primeras marcas, preservativos, un juguete sexual y hasta bolsas de basura. Una «lista de la compra» que ascendió a 1.138,79 euros en los tres supermercados donde cuatro detenidos por la Policía Nacional de Elche robaron en tan solo una mañana. Las tres mujeres y el hombre implicados actuaban de forma coordinada, según apuntaron fuentes judiciales a este diario. Las implicadas, con edades comprendidas entre los 19 y los 32 años, entraban a los establecimientos comerciales ataviadas con chaquetones de grandes dimensiones, que aprovechaban para esconder los productos y salir de las tiendas sin ser vistas.

Sin embargo, tras cometer el último robo de la tarde, una empleada de uno de los supermercados les dio el alto al ver salir a las tres arrestadas con los brazos pegados al cuerpo, en cruz, como sujetando algo que llevaran bajo las chaquetas. Unas sospechas que confirmó al ver cómo de la prenda sobresalía el envoltorio de uno de estos productos sustraídos. La trabajadora les dio el alto, a lo que no solo hicieron caso omiso sino que le espetaron que «llamara a la Policía» mientras abandonaban el local. Y eso hizo.

Recogida en vehículos

Una patrulla de la Policía Nacional acudió al lugar y vio en las inmediaciones a tres mujeres que coincidían con la descripción dada por la denunciante. Paralelamente, en una de las calles aledañas, localizaron un vehículo estacionado en un carga y descarga, sin nadie en su interior, y con los cuatro intermitentes puestos, en cuyo interior había una gran cantidad de comestibles esparcidos por los asientos, sin bolsas de la compra. Las tres mujeres fueron cacheadas y las agentes descubrieron en sus mallas pastilla de turrones, bombones, preservativos y un juguete sexual.

Más tarde, un hombre llegó al vehículo que habían observado en las inmediaciones, y los agentes le pidieron la factura de los productos que había en su interior, que no tenía. Rápidamente se le relacionó con estos robos.

De hecho, el cuarto detenido reconoció conocer a las tres implicadas, pero trató de excusarse diciendo que él había llevado a las tres mujeres a hacer la compra, pero no sabía si pagaban o no. Tras analizar los productos y ver las marcas blancas propias de hasta tres supermercados, los agentes se personaron en las tiendas y los empleados reconocieron a las tres autoras materiales de los robos.