"Entré en ETA porque mi compañero de pupitre era de ETA. Si hubiera entrado en el partido comunista, habría entrado en el partido comunista". Eduardo Uriarte, más conocido como Teo Uriarte, fue militante de la banda terrorista en sus inicios. Vivió en primera persona cómo un grupo de jóvenes que se alzó contra el régimen franquista y pedía la libertad del pueblo vasco, se transformó en una banda terrorista, contra la que combatió tras su salida de prisión, donde, asegura, se dio cuenta de que "Habíamos creado un monstruo". Asegura que nunca fue partidario de la violencia, pero lo que de verdad le abrió los ojos fue el hecho de que, pese a la llegada de la democracia, ETA seguía matando cuando, "ya no tenía ninguna razón para usar la violencia". Y no solo eso, sino que la banda se volvió aún más sanguinaria durante la democracia. Su lucha política contra ese mismo monstruo que ayudó a crear le llevó a ingresar años más tarde en el Partido Socialista, donde fue concejal en Bilbao. Y desde entonces ha luchado para la erradicación de la banda.

Hoy ha contado su experiencia a los alumnos de Derecho y Magisterio de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Elche. Un acto organizado junto a la Asociación de Víctima del Terrorismo de la Comunidad Valenciana, y que ha transcurrido como un diálogo entre Uriarte y Gaizka Fernández, investigador de la Fundación Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo. Así, los alumnos han podido conocer su historia de primera mano, y entender cómo un grupo de jóvenes que luchaban por la liberación del pueblo vasco acabaron convirtiéndose en lo que fueron. Uriarte asegura que en un principio entró a ETA a través de un amigo, sin ser muy conscientes de lo que significaba, y que a día de hoy “No volvería a entrar. Rotundamente no. No éramos conscientes del monstruo que habíamos creado”. Uriarte también ha explicado la cierta complicidad de determinados sectores sociales como el eclesiástico. “Un cura llegó a decirme que si mataba en nombre de la patria, me absolvería del pecado las veces que hiciera falta”, contó. Fue un hecho que “hizo que desconectara de la iglesia. Yo entonces creía que matar era pecado y resultaba que no, que si lo hacías por eso se te perdonaba”, ha dicho.

El encuentro ha servido para trasladar a una generación de jóvenes la época de miedo y terror que se vivió en España durante años, haciéndolo de primera mano y desde el otro lado del espejo.