La medida está justificada. Se trata de dos veteranos puntos negros de tráfico en el que periódicamente se suceden colisiones, atropellos u otras incidencias con peatones o ciclistas. Pero la duda que surge es si en uno de estos dos puntos la instalación de nuevos semáforos va a traer consigo más colas de vehículos, al menos en la intersección de las calles Almórida con Hospital, donde el Ayuntamiento va ubicar próximamente un nuevo punto semafórico, al igual que en el cruce de las calles Josefina Manresa con Josep Joaquín Landerer, todo ello con un coste inferior a los 82.500 euros.

En la calle Almórida suelen organizarse colas de coches por varios motivos: debido al paso de viandantes por el paso de cebra; al estacionamiento temporal en esta vía ancha una vez pasado el paso de peatones; al propio autobús que se detiene antes y el ancho que queda no permite apenas el tránsito; así como debido a la reducción del vial por parte de los contrafuertes que se han colocado en el edificio de Riegos del Progreso. Todos estos motivos se confabulan muchas veces para que se produzcan atascos en la calle Almórida y que, para más inri, culminan con otro semáforo un poco más abajo, antes del espacio abierto de la plaza del Centro de Congresos. Por eso, la duda es, si bien parece que se reducirán los accidentes, ¿debemos prepararnos para más colas en el centro? ¿O será una situación pasajera en caso de que la peatonalización del centro se haga finalmente y sea ambiciosa?

Lo que señalan los técnicos del Ayuntamiento, asesorados por la Policía Local también, es que ambos cruces antes mencionados figuran en el listado del servicio técnico de tráfico como de los «más conflictivos» bajo el punto de vista de la seguridad vial, dado el número de percances y colisiones que en ellos tienen lugar.

El cruce de la calle Almórida, al tener prioridad los peatones y no existir una regulación semafórica, según indican los técnicos, «genera largas colas de vehículos que están obligados a parar, llegando a paralizar el tráfico en arterias relativamente alejadas, pero que, a pesar de ello, se ven afectadas».

Asimismo, se indica que los coches tienen que sortear a los peatones para poder proseguir su recorrido.

En el caso de la calle Josefina Manresa, se recuerda por parte del Ayuntamiento que se trata de un cruce convencional con cuatro vías perpendiculares de una zona de expansión de la ciudad que ha visto incrementado su uso significativamente «y, con ello, los choques por alcance».

El objetivo por tanto es colocar en ambos puntos semáforos inéditos evitando el choque entre vehículos y mejorar la «interrelación» entre peatones y coches, «ganando, en consecuencia, en seguridad, tanto vial como peatonal», según indican desde el Ayuntamiento.

Las obras está previsto que se ejecuten en los próximos meses y, como máximo, deberán prolongarse ocho semanas. Es más, en caso de que cada semáforo se adjudicase a una empresa distinta, a partir del inicio de la quinta semana se iniciarán las obras del semáforo de Josefina Manresa sin necesidad de que haya concluido la otra actuación a pie de la calle.

Estas actuaciones llevan tiempo anunciándose. De hecho, el pliego de condiciones técnicas se concluyó el pasado mes de febrero, el presupuesto de licitación se aprobó en junta de gobierno el pasado mes de agosto, y el pasado 11 de noviembre se acabó el plazo para presentarse a la contratación.

Lo que queda por ver ahora sobre el terreno es si los semáforos van a ayudar a evitar accidentes.