La Policía Local detuvo hace unos días a un hombre que amenazó, presuntamente, con una pistola táser al dueño de un lavadero que le recriminó que llegaba tarde a la cita, una actitud que retrasaría al resto de clientes. Ante el reproche, según han informado desde la Jefatura de la Policía Local de Elche, uno de los clientes comenzó a agredir al responsable del negocio, llegando a cogerlo del cuello, acercando un amigo de éste un objeto de color oscuro que emitía un sonido característico en varias ocasiones. Una trabajadora, al intentar auxiliar a su compañero, recibió un golpe en la cara mientras dirigían graves amenazas.

La escena, que atrajo la atención de gran cantidad de vecinos y transeúntes, finalizó con la detención por parte de una Unidad Territorial de la Policía Local de Elche de los dos implicados, de entre 20 y 25 años. A estos se les intervino una pistola eléctrica Táser de 400.000 voltios, arma ilegal con la que presuntamente acometieron contra el agredido.

Tipologías delictivas en la ciudad

Las infracciones penales registradas por los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad que operan en Elche durante el primer semestre de 2018 han experimentado una reducción del 6,6% con respecto al mismo periodo del año anterior. Esta reducción se debe, principalmente, al descenso del número de hurtos, que son los delitos más comunes en la ciudad, pues se registraron 1.326 denuncias por este tipo de delitos. También han ido a la baja las sustracciones de vehículos, siguiendo la tendencia a la de los últimos trimestres, así como los robos con violencia e intimidación contra las personas.

Sin embargo, en la cara contraria de la moneda se ha experimentado un incremento en los robos con fuerza en domicilios, así como en las infracciones penales relacionadas con el tráfico de drogas. Las operaciones policiales contra estas últimas están detrás de este aumento, pues han permitido identificar más casos y dar con los responsables de ese tráfico, tal y como señalaron fuentes de la Policía Nacional de Elche. Así, hubo 46 intervenciones de este tipo en los primeros meses del año, frente a las 39 que se registraron en el primer semestre del año anterior.

La mayor presencia de patrullas policiales en la ciudad también está detrás del descenso en el número de hurtos, pues sirve como efecto disuasorio. Se trata de pequeños robos en los que la víctima ni siquiera es consciente de que le están robando hasta que echa en falta los objetos en cuestión: carteristas, bolsos o mochilas, teléfonos móviles sustraídos al descuido y tipologías similares. Son los delitos más comunes, y se registró un descenso del 19,7% con respecto al mismo periodo de 2017.

Los robos con violencia e intimidación también están a la baja, con una importante reducción del 41,9% con respecto al semestre del año pasado. De enero a junio se registraron 68 casos, una cifra bastante significativa si se compara con los 117 del ejercicio anterior. Se trata de robos a pie de calle, bajo amenazas o usando la violencia. El robo «cara a cara», explican fuentes policiales.