Mucho se habla durante los últimos meses de que el centro de Elche necesita un plan para revitalizarlo ante la sangría que sufre el comercio. En ello se supone que está trabajando el Ayuntamiento de Elche, que ha encargado un diagnóstico del sector comercial en el municipio, mientras a una parte de los comerciantes se les ha acabado la paciencia y se han echado a la calle esta misma semana para pedir medidas que hagan más atractivo pasear y comprar en el centro de la ciudad.

Hasta que llegue ese plan uno de los mayores quebraderos de cabeza de los comerciantes del centro de Elche es hacer frente a costes fijos como el del alquiler de los locales que ocupan los establecimientos, que muchos consideran que no van parejos a lo que se está facturando, lo que provoca, según aputan varios comerciantes, que exista una gran rotación con negocios que llegan y a los pocos meses se van. En los últimos tiempos no para el trasiego de idas y venidas de negocios, que abren, cierran o cambian de lugar, para intentar mejorar o despegar.

En la zona de la Corredora y la Glorieta, la que se supone como la principal vía del centro de la ciudad, en lo que a comercio se refiere, hay en la actualidad una decena de locales cerrados que se ofertan para el alquiler. Por ellos se pide entre 1.500 y 3.000 euros al mes, en función de los metros cuadrados y las instalaciones que ofrezca cada espacio al inquilino. Hay propietarios que primero se interesan por conocer el tipo de negocio que se quiere establecer, y su correspondiente plan de viabilidad, para luego calcular el precio del alquiler, que es negociable.

Elevados

En cualquier caso los precios que se están pidiendo son elevados, tal y como aseguran desde la Asociación de Empresas de Servicios de Elche (Aesec), si se tiene en cuenta de que el empresario debe hacer frente a otros costes fijos, como impuestos, personal, y gastos de electricidad y suministros. En fin, todo lo que conlleva subir la persiana cada mañana.

Por este motivo, apuntó el presidente de Aesec, José Rizo, «hay que ajustar los precios, ya que un alquiler de 1.000 euros también puede resultar caro a la larga, y no ayuda a que se pongan en marcha nuevos negocios en la ciudad, y una prueba de ello lo tenemos en la cafetería del Centro de Congresos, donde acabaron renunciando a la concesión».

Pese a que las cifras puedan parecer elevadas en el centro de la ciudad, las mismas se multiplican cuando los empresarios prefieren optar por montar un negocio en un centro comercial, donde se paga el doble y el triple que en el casco urbano por el alquiler de un local pequeño o mediano.

Para tratar de luchar contra los locales cerrados e incentivar que los precios se ajusten a la realidad, hay colectivos, como la Asociación de Comerciantes del Centro de Elche (ACCE), que se están fijando en cómo se trabaja en ciudades como Bilbao para incentivar el alquiler de los locales vacíos. Una de las medidas que se aplica en esta ciudad es el cobro de un impuesto a los propietarios de locales vacíos, que se destina a limpiar las fachadas, para que no presenten estado de abandono, como sucede en la actualidad con algunos locales de Elche.

Otra propuesta de los comerciantes es que el Ayuntamiento actúe como mediador para poner en contacto a emprendedores con propietarios de locales vacíos, y que exija un precio de alquiler ajustado a la realidad.

Visión municipal

Desde el Ayuntamiento de Elche insisten en que el centro «no está muerto», y que lo que está sucediendo es una «transformación» que afecta también a otras ciudades como consecuencia del tirón que está experimentando la hostelería, a la que, por cierto, se le piden alquileres más elevados. Así, en la Glorieta, se están pidiendo más de 2.500 euros por establecimientos con pocos metros que dependen, sí o sí, de la terraza para salir adelante.