A los alumnos del colegio público Antonio Machado de Torrellano les queda, cada día que pasa, un poco menos para tener que recibir clase soportando el ruido que provocan los aviones que aterrizan y despegan en el Aeropuerto Alicante-Elche. La comunidad educativa ha conseguido, tras años de lucha, que Aena encuentre la forma de asumir, a través de la responsabilidad social corporativa, el coste que supondrá el cambio de las ventanas del colegio, para colocar nuevas que minimicen el sonido que hasta ahora se cuela en todas las clases.

La reivindicación en la pedanía de Torrellano es histórica, y se debe, principalmente, a que la infraestructura educativa se quedó «a un palmo» de entrar en la huella acústica en la que Aena tiene la obligación de insonorizar los inmuebles, para protegerlos de la contaminación acústica.

Los docentes llegaron a pedir hace dos años la intervención de la Inspección de Trabajo, que midió el ruido con el que los docentes tenían que dar clases. Ellos mismos han admitido en más de una ocasión que optan por callarse cuando pasa una avión, sobretodo cuando sopla viento de poniente y los aviones despegan en dirección a la pedanía.

Sin embargo, la privatización de parte de Aena ha hecho posible que la entidad pueda incluir el proyecto de insonorización del colegio público entre los que financia a través de programas de responsabilidad social corporativa. En esta línea se ha venido trabajando durante los últimos meses, y ahora está a punto de dar frutos.

En este sentido, el director del colegio Antonio Machado, Sergio Cortés, explicó que «ya hemos recibido la visita de la empresa que va a llevar a cabo la sustitución de las ventanas, por lo que estamos a la espera de recibir información del proyecto definitivo, y de que arranque la obra, que afectará a los tres pabellones del colegio».

Instalaciones

El Antonio Machado cuenta con más de una veintena de aulas, más los espacios que dedica a otras actividades académicas, y todas, sin exepción, van a ser insonorizadas en los próximos meses. De esta forma, el centro educativo de Torrellano, que no se ha cansado de tocar puertas para buscar una solución, podrá dar clase a los alumnos con más normalidad, ya que los aviones se verán en la zona, pero no interrumpirán las lecciones, como vienen sucediendo en la actualidad.