¿Sobre qué trato su conferencia de anoche en Elche?
Celebramos el 50 aniversario del Grupo Ilicitano de Montañismo y, sobre todo, hablé de mi proyecto 2x14x8.000. También vimos una película sobre una de mis últimas ascensiones, a la cuarta montaña más alta de la tierra. No fue la típica charla sobre alpinismo, fue algo más amplio para que todos los asistentes pudieran saber qué es ascenderr una montaña de 8.000 metros desde el principio, desde que se instala el campo base. Fueron unas horas muy agradables.
Está dispuesto a convertirse en la primera persona de la historia que asciende dos veces las catorce montañas más altas...
Es algo que quiero retomar, que estaba en stand by por una embolia que tuve en el pulmón. La próxima primavera quiero ascender uno de los cuatro ochomiles que me restan para repetir en las catorce cumbres más altas. Si soy capaz de hacerlo, sería el único del mundo. Me quedan dos en Pakistán, una en Nepal y otra en el Tíbet. Ascender una gran montaña es algo muy personal, no tiene nada especial. Aunque quede para los anales de la historia, no me creo que haya hecho una gran aportación. Eso sí, no es fácil mantenerse vivo.
¿Qué le parece que en Elche lleven medio siglo de pasión por el montañismo?
Si el Grupo Ilicitano de Montañismo ha cumplido 50 años es porque está haciendo bien las cosas. Les felicito y les deseo que durante los próximos 50 años mantengan la misma trayectoria. Este tipo de clubes contribuyen a generar afición. Y llevar a Elche a personas relacionadas con la montaña, como es mi caso, hace que más gente se anime a escalar por el territorio español y por fuera de nuestras fronteras.
El pasado mes el crevillentino Francisco Candela perdió la vida en el Himalaya...
Desgraciadamente estamos acostumbrados a estas noticias porque cada vez son más las personas que suben montañas. Ocurren y hay que hacer una reflexión para saber cuál es el motivo. Hay mucho montañero poco responsable que no se respeta, no calcula sus posibilidades ni las de la naturaleza y luego llegan los lamentos. Cuando uno va a escalar, tiene que ir con todas las garantías posibles, bien informado del tiempo y equipado para evitar los accidentes.
¿Es difícil volver a la rutina cuando se baja de la montaña?
Mi vida está enfocada completamente a la montaña, no son sólo los ochomiles. Soy guía de montaña y estoy acostumbrado a visitar cumbres de otros países junto a mi familia. Heredé la cultura de la montaña de mis antepasados. En Euskadi, el que más o el que menos, tiene un familiar o un amigo que se dedica a esto.
¿Cuál es su próximo reto?
He superado una pequeña prueba sobre la embolia de pulmón que tuve y en enero me voy al Aconcagua, en Argentina. En los medios de comunicación ya no trabajo, me cansé. He estado diez años en un programa de máxima audiencia en la televisión vasca pero ahora mismo ya no me apetece. Es una etapa de mi vida que está cerrada.
