Fiebre de obras y maratón de actuaciones diversas en barrios y pedanías de Elche. A apenas medio año de las elecciones municipales, el equipo de gobierno de Elche ha puesto el «modo runner» y no solo está llevando a cabo actuaciones en múltiples sitios, sino que recientemente ha adjudicado y se ha asegurado nuevas y destacadas obras para los próximos meses por importe de cerca de dos millones de euros.

En concreto, se va a gastar más de 247.000 euros en arreglar aceras en viales y espacios públicos, y 636.000 euros en trabajos de reparación de firme en el término municipal. Por si fuera poco, en los próximos cuatro meses tiene que estar listo el nuevo cruce de acceso al Hospital del Vinalopó, tras un desembolso de más de 296.000 euros; y también próximamente se llevará a cabo la mejora de alumbrado público en los jardines de la zona norte de las laderas del río Vinalopó: otros 126.000 euros como precio de licitación.

A esto cabe sumar los cerca de 250.000 euros que se necesitan para asfaltar, crear plazas de aparcamiento y colocar más señalización en el polígono de Carrús, una reivindicación histórica y cuyos primeros trabajos han comenzado esta misma semana. Y hay más.

Adecuación medioambiental

Las obras de semaforización de la calle Almórida con Hospital y de la intersección de Josefina Manresa con Josep Loaquín Landerer pueden llegar a representar más de 82.000 euros, aunque lo que está a punto de ver la luz es la adecuación medioambiental del entorno del Pantano de Elche, que ha supuesto una inversión de 522.000 euros, aunque en este caso a cargo de la Diputación, que también ha financiado el nuevo carril bici de El Altet, aún por inaugurar oficialmente. Y sin contar un vial similar entre Torrellano y Elche Parque Empresarial que hace unos pocos meses que está concluido y que salió a licitación por un importe base de más de 110.000 euros.

Desde El Altet a La Hoya, pasando por la Ronda Oeste, el Parque Municipal o Carrús Este, la Concejalía de Mantenimiento, y también gracias a los Presupuestos Participativos, ha apretado el acelerador y ha impulsado iniciativas de todo tipo: desde reparación de aceras a desbroces, sin olvidar quitar pintadas o mejorar juegos infantiles en determinadas barriadas y partidas rurales.

Por poner solo algunos ejemplos, el Ayuntamiento ha querido darle una nueva mano de pintura al mobiliario en la plaza mayor de El Altet y reparar aceras en La Hoya. También se ha apostado por recuperar tramos en la calle Anacla, de Carrús Este, acometer el desbroce de márgenes en Ronda Oeste, y la retirada de vertidos ilegales en el barranco de Barbassena. Junto a todo ello también se ha llevado a cabo la eliminación de pintadas en el popular templete del Parque Municipal.

El pasado año 2017, a través de la Concejalía de Mantenimiento de Vía Pública, con el plan de empleo Emcorp y los Presupuestos Participativos, estaba previsto renovar 3.000 metros cuadrados de aceras en 34 calles de barrios y pedanías rurales.

Degradados

Además, en 2017 se destinaron 225.000 euros para reasfaltar los tramos más degradados de números caminos del Camp d'Elx: camí del Sempero, Torres de Carrús, camí de Leguey, camí de Diputat, camí del Olmet, camino de Balsares, camino de Redondo, prolongación del camino viejo de Santa Pola, o el asfaltado de la parcela del centro cívico de Atzavares.

También se programó la reparación del carril bus en Concepción Arenal, Blasco Ibáñez y Maestro Albéniz, y el asfaltado las calles Velero de El Altet y San Fernando de Torrellano. Asímismo se solicitó una subvención a la Diputación para reasfaltar la avenida de la Libertad y otra a la Generalitat para reasfaltar el camino de Vizcarra.

Pero aún así lo que va a invertir el equipo de gobierno en renovar o potenciar los espacios públicos y viales entre finales de 2018 y principios de 2019 no tiene casi nada que ver con la inversión realizada en los últimos años.

En cualquier caso, ya es una práctica común que el gobierno de turno deje para el último tramo una retahíla de inversiones, a escasos meses de las elecciones, actuaciones incluso que se venían anunciando desde el segundo año de mandato y que se han ido «demorando» hasta el final del ciclo, bien a conciencia, bien por impedimentos administrativos, legales o económicos.