Ramón Siles dejó este verano su cargo al frente de la Fiscalía de Área de Elche para trasladarse hasta los juzgados de Benalúa, en Alicante, donde ejercerá de coordinador. En la ciudad de las palmeras estuvo diez años, desde que se creó el área de Elche-Orihuela, que ha dirigido todo este tiempo. Ayer se despidió oficialmente de los que fueron sus compañeros en la Ciudad de la Justicia de Elche durante esta etapa, a la que le ha dedicado un tercio de sus 30 años de carrera judicial. Para que no olvide su paso por la ciudad, le obsequiaron con un reloj, una camiseta del «Atleti» y un sombrero, aunque el mejor recuerdo es el de todo lo vivido durante estos años.
P ¿Qué balance hace de sus diez años en la Fiscalía?
R El balance es muy bueno, tanto en lo personal como en lo profesional. Nos hemos ido adaptando, aunque la Fiscalía no ha cambiado mucho, incorporando especialidades, como la de Seguridad Vial y Delitos Económicos, y se ha reforzado mucho, aunque ya se hacía, la lucha contra la violencia de género, y la inspección que pasamos antes de mi marcha nos dejó en un buen lugar. Me voy muy contento.
P ¿Por qué decidió pedir el trasladado entonces?
R Después de 10 años ya uno empieza a cansarse. Vivo en Alicante, se me va en coche una hora todos los días. Además, empecé con 50 años y ahora tengo 60. Se nota. Todo esto coincidió además con la jubilación del compañero, coordinador de Benalúa, y vi la oportunidad. Paso de jefe a coordinador, me dedicaré a otra cosa más tranquila, y al lado de casa. Además, a veces no es bueno estancarse, hay que dejar paso a gente nueva, con otras ideas para mejorar el funcionamiento de la Fiscalía.
P ¿Qué retos le deja a su sucesor?
R Eso ya lo tiene que contestar él. Yo no soy quién. Hay problemas que todos sabemos que están ahí. Artieda, el nuevo fiscal jefe, ya ha presentado un plan para mejorar los tiempos en la Sección Séptima. Tiene muy buenas ideas y espero que pueda llevarlas a cabo.
P ¿Ese problema tiene solución a corto plazo?
R Mientras he sido fiscal jefe he sido beligerante con este tema, pero ahora ya no me corresponde a mí valorarlo.
P Y sus retos, ¿cuáles son ahora en Benalúa?
R En realidad pocos. Estoy de coordinador, coordinando el trabajo de los fiscales de Benalúa pero en realidad soy uno más. Voy a juicios, superviso un poco el trabajo pero cuando hay un problema, es el jefe quien tiene la palabra. Es lo bueno de dejar de ser jefe: la responsabilidad ya cae en otro.
P Lleva 30 años ejerciendo. En los últimos tiempos se ha manifestado un desapego ciudadano con la Justicia. ¿Dónde está el problema?
R Hay mucha crítica. Es cierto, pero hay que respetar las decisiones judiciales y entender que no hacen otra cosa que aplicar la ley, aunque no nos guste.
