«A mi madre le robó las joyas de toda una vida y las de mis abuelos. Se quedó sin nada. Estima en más de 40.000 euros lo que le ha robado y nos parece insignificante la pena». Este es el testimonio de uno de los afectados por la acusada, que prefiere mantener el anonimato. La condenada trabajó en la casa de sus padres durante un año y medio, entre 2015 y 2016. Su madre, relata, llegó a pensar que había perdido o tirado las joyas por error durante un traslado, pues se las llevó de casa de sus padres por seguridad, pues había muchas cuidadoras entrando y saliendo de la casa. Nunca se le pasó por la cabeza que la persona que le limpiaba en casa, estuviera detrás, hasta que fueron sucediéndose los casos y denunciaron.