¿Qué supone para ustedes alcanzar su 40 aniversario?

Para nosotros supone materializar que somos un soporte que tiene calado en nuestra sociedad. Hemos conseguido realzar la figura de la máxima representante de las fiestas, su reina. También hemos comprobado que durante estos 40 años se ha producido una evolución importante en cuanto a nuestro arraigo, una gran cantidad de ilicitanos han ocupado cargos. Esto nos permite reflexionar sobre la importancia que tiene la actividad que realizamos.

¿Y cómo lo van a celebrar?

Todos los años hacemos una gala que sirve como colofón para la actividad festera. Esta vez tiene una connotación especial por ser el 40 aniversario. Dentro de este marco, vamos a reunir a las personas relacionas con las fiestas, a aquellas que han pertenecido a la entidad en otras épocas y siguen teniendo interés por juntarse. No hay ninguna sala ni restaurante en Elche que nos permita juntarnos todos, así que vamos a IFA. Nuestra celebración coincide con Expofiesta, lo que tiene mucha importancia.

¿Están trabajando ya en las fiestas del próximo año?

Uno de los grandes objetivos que tenemos para el próximo año es el de potenciar la Cridà a la Festa, citar a los festeros en un punto para que la reina les recuerde que el pregón es en la Plaça de Baix. La Cridà de este año estuvo acompañada por una mascletà vertical y ahora estamos trabajando en un nuevo espectáculo especial, una mascletà que será única en España. Tenemos muchas ideas y ya hemos contactado con la pirotécnica. Podremos hacer que sea muy especial porque hemos tomado nota de todos los aspectos que tenemos que mejorar.

Uno de los grandes problemas de este año ha sido el de la venta de alcohol a menores...

El problema son los botellones en los espacios públicos. Pusimos en marcha hace dos años una campaña para apoyar que el consumo de alcohol sea mínimo. Hemos conseguido reducir el alcohol en la Charanga en un 80% y la sangría que ofrecemos es 0,0. Para el próximo año, el compromiso es que se elimine el alcohol y que el consumo de bebida durante la Charanga sólo sea de agua. Ya no vamos a ofrecer ni sangría ni nugolat porque no está bien visto en este tiempo.

Otra cuestión a resolver es la de la coincidencia de actos...

He manifestado mis quejas para que se regule mejor. Se termina la Entrada Mora o la Cristiana y ya está empezando una mascletà nocturna. Esto lo único que hace es dividir a la gente. Nos tenemos que coordinar mejor. Habría que analizar si hay motivos para ganar un día de fiesta, que tendría que ser por delante. Se han mantenido reuniones para valorarlo todo y ver si se concentran demasiados actos. Habría que ver la repercusión y quién estaría dispuesto.

¿El Ayuntamiento ayuda?

Tenemos claro que la administración local, la más cercana, es la que nos tiene que dar más apoyo. Trabajamos con los típicos roces pero el balance es positivo. Hace tiempo que demandamos a todos los políticos que sean más considerados con los presupuestos, la asignación que tienen las fiestas municipales es ridícula si la comparamos con la de otras ciudades con el mismo número de habitantes. Hay que dejarse la demagogia, no nos sirve sólo con el apoyo moral.

¿Alguna vez le han tentado desde el mundo de la política?

Sí, en alguna ocasión. Creo que todos tienen cosas buenas y no tan buenas, es un mundo complicado. Siempre he preferido trabajar por la fiesta, no es algo que me haya llamado. Tampoco ha ido más allá de un ofrecimiento informal en un café o en un corrillo. Partidos que me han dicho que tengo las puertas abiertas pero nunca ha sido una propuesta formal para ir en una lista o ser concejal.

¿Qué fórmula buscan para que las fiestas sean mejores?

La fórmula pasa por buscar financiación privada de empresas que apuesten por nuestros proyectos. En muchas ocasiones esas firmas ya colaboran con el Ayuntamiento y es la pescadilla que se muerde la cola. Si hay que destinar un millón a las fiestas, no se puede aportar sólo 600.000 euros aunque la situación esté apretada. Es una putada y tenemos que buscar otras subvenciones. Hay que plantearse seriamente la estructura porque las fiestas necesitan más recursos económicos, las cosas se pagan con dinero, no con sonrisas.