El dispositivo policial consiguió esta año erradicar casi por completo los actos vandálicos que se han producido en los últimos años, cuando comercios y viviendas han amanecido repletos de huevos y harina. Tan solo dos docenas recogieron los agentes, pese a que el año pasado se contaron por cientos. Lo más destacado fueron las dos atenciones sanitarias que se realizaron con consumo de alcohol, y las seis denuncias que se levantaron por tenencia de drogas. También se identificaron a dos menores que realizaron varias pintadas por la ciudad, incluidas las que hicieron en un coche patrulla de la Policía Local, y cuya factura de limpieza se remitirá a los progenitores. Eso sí, el principal objetivo, contener la batalla de huevos y harina, se cumplió.