El dispositivo policial para frenar los actos vandálicos en la noche de Halloween funcionó. El despliegue por todo el centro de la ciudad acobó con la imagen de comercios y portales cubiertos de harina y huevos. Pero también hubo algunas intervenciones, como en cualquier gran evento que reúne a tanta cantidad de gente en las calles. Los agentes de la Policía Local de Elche levantaron seis actas por tenencia de estupefacientes, una por tenencia de arma blanca, otra por miccionar en la vía pública y, quizás la más grave, se registraron dos intoxicaciones etílicas que tuvieron que atender los servicios de emergencias sanitarias. Por otra parte, se confiscaron 56 botes de pintura, dos docenas huevos

y dos kilos de harina. DYA tuvo que atender a dos jóvenes a los que les entró pintura en los ojos.

Una cifra muy lejos de los 615 botes de spray (de pintura y nieve), las 409 unidades de huevos, 35 kilogramos de harina, 30 packs de bengalas una botella de lavavajillas, una botella de vinagre, una botella de alcohol, una botella de salsa, un bate de béisbol y una muleta metálica que se intervino el año pasado.

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Noche de Halloween 2018 en Elche

En la noche de ayer, el acto vandálico más destacado fue unas pintadas que unos menores realizaron en un coche policial. Los agentes ya habían denunciado a estos jóvenes por otras pintadas en el centro de la ciudad muy similares, por lo que cuando apareció el coche patrulla con los mismos símbolos, fue fácil conocer quién había realizado estos grafitis, por lo que la Unidad de Urbanidad y Medio Ambiente acabó localizándolos y denunciándolos, para pasarle la factura de los desperfectos a sus progenitores.

Dispositivo

Hace dos años se produjo la gran «batalla» en el Centro de Congresos, el año pasado se pusieron los medios para que la situación no fuera a mayores y ayer no hubo ni rastro de huevos y harina durante la celebración de Halloween por las principales calles y plazas del centro de Elche. Mucho disfraz de terror, mucha diversión y ningún incidente que lamentar. El dispositivo que se había previsto para que una treintena de agentes, de la Policía Local y Nacional, se repartieran por las zonas más calientes surgió el efecto deseado.

El Centro de Congresos se convirtió durante la tarde de ayer en el punto más vigilado, un enclave por el que se repartieron más de una decena de los agentes que formaban parte del dispositivo especial. Allí también se instaló la nueva unidad portátil con la que cuenta la Policía Local, un imponente camión que tomó la plaza y que cumplió a la perfección con su objetivo de convertirse en un elemento disuasorio. «Queríamos cortar los incidentes de raíz para que no se convierta en una tradición contra la que no se pueda luchar en cinco años», apuntaban desde la Concejalía de Fiestas.