Los bomberos del Parque Comarcal de Elche no dudaron anoche en lanzarse a una balsa de riego en Daimés para rescatar a tres perros que habían quedado atrapados en su interior y no podías salir. Los canes, al parecer entraron por un pequeño hueco en el vallado, seguramente para beber agua, según han trasladado desde el Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante. No obstante, cayeron, y no pudieron salir. Unos vecinos dieron la voz de alarma y un vehículo de bomberos de trasladó al lugar para auxiliar a los canes. La casualidad quiso que el cabo que estaba al mando en ese momento fuera el responsable de la Unidad Canina en Elche, por lo que supo cómo tratar a los animales para poder rescatarlos con seguridad.

Los tres perros se refugiaron en una especie de isla en el interior de la balsa. Sin embargo, estaban my nerviosos cuando llegaron los bomberos, por lo que interpretaron el rescate como un ataque. La experiencia en el adiestramiento canino de los efectivos de bomberos hizo posible poder cogerlos con seguridad y ponerlos a salvo.

Por su parte, la Policía Local de Elche, que ayudó con el operativo, trasladó a los animales a una protectora, para darles atención médica antes de buscar si tienen dueño o, por el contrario, se quedarán en las instalaciones en busca de una nueva familia.

Al rescate de los animales

El trabajo del equipo de bomberos de Elche pasa por mucho más que apagar fuegos. Además de los rescates a personas, los efectivos de emergencias intervinieron, en los ocho primeros meses del año pasado, en 140 casos en los que los beneficiarios de su labor han sido los animales. Desde los enjambres, que han traído de cabeza a usuarios y bomberos, hasta otros menos habituales como palomas, vencejos e incluso yeguas. Los más recientes han sido el de un perro y un gato, animales por excelencia, por detrás de las abejas, en cuanto a rescates se refiere. Muchas de estas intervenciones son complejas. En el caso del perro rescatado hace unos días en una pedanía ilicitana, los bomberos tuvieron que abrir una zanja en el asfalto para acceder al colector donde el can había quedado atrapado. Al parecer, se escapó de una de las casas de campo cercanas y cayó, por lo que su intervención fue vital para salvarlo, ante el aplauso de los vecinos.

Lo mismo ocurrió hace unas semanas bajo el puente del Ferrocarril, en este caso con el rescate de una paloma. Un vecino dio la voz de alarma al observar al animal enganchado entre cuerdas, bajo el puente, sin poder salir. Los Bomberos desengancharon al animal y cortaron todos los nudos que le ataban para, después, llevarse el ejemplar al Parque de Bomberos de Elche y, una vez allí, llamar a una protectora de animales para que se hiciese cargo del animal.

Según las estadísticas, entre los animales rescatados este año hay 14 gatos, 11 perros, dos vencejos, una oveja, una paloma y hasta una yegua. La sensibilización de la sociedad con el trato a los animales también lleva a que muchas veces los vecinos o viandantes que se encuentran con un animal en apuros, no dude en llamar a los bomberos para que acudan en su ayuda. Desde ejemplares que caen a balsas de riego y no pueden salir, hasta otros que quedan atrapados en tuberías, cauces y otras muchas circunstancias.

Y aunque hay quien no entiendo que se destinen recursos a salvar a una paloma, desde Bomberos defienden que actuarán siempre que sea necesario, tal y como reclama la propia sociedad. Porque pese a los detractores, no hay más que echarle un ojo a las redes sociales para ver el impacto que tienen cada uno de estos rescates, y las felicitaciones que reciben los bomberos por cada acción de este tipo que se publica.

Las protectoras también agradecen esta labor, pues contribuye aún más a sus campañas de sensibilización para que la sociedad valore de la misma forma una vida animal que humana.

Unos datos que dan una pincelada más de las tan distintas labores que realizan los bomberos y que muchas veces son tan desconocidas como necesarias. Pues aunque muchas veces no es tan visible como el hecho de apagar y extinguir fuegos, sus labores van más allá para la suerte de las personas y, a tenor de los datos, también para los animales.