Escritor compulsivo, José Payá (Elche, 1939) aborda en su vigésimo octavo libro, Patricia puede, la situación común que se ha vivido en las dictaduras sudamericanas. Las páginas de su nueva obra narran casos de tráfico de órganos, falsificación de dinero, asesinatos por diferencias políticas y otras barbaridades a través de la protagonista que da nombre al título, Patricia Monteforte. «Hay un 80% de biografía y un 20% de literatura para agilizar la lectura», asegura el propio Payá, que presentará el libro junto a Monteforte mañana, a partir de las 19.30 horas, en el centro cultural Las Clarisas.

El título Patricia puede alude a las vicisitudes por las que ha tenido que atravesar la protagonista en su país natal, hasta que consiguió afincarse en Elche, ciudad en la que conoció a Payá y le narró la historia que ahora el autor ilicitano ha convertido en libro. «Sus amigos siempre le decían que era como el ave fénix, que podía salir adelante, y eso es lo que nos inspiró para titular así la novela», añade Payá.

A finales de junio del próximo año el escritor soplará las velas de su 80 cumpleaños y, desde su experiencia vital, mantiene la motivación para continuar escribiendo, ya sea en libros como este Patricia puede que ahora presenta o en colaboraciones periodísticas, como las que ha realizado, entre otros medios, con INFORMACIÓN. «Cuando falleció mi primera esposa, la escritura se convirtió en el lenitivo que me aislaba del dolor», señala.

Con el ánimo intacto por seguir publicando, Payá prepara ya el segundo volumen de su obra Fiestas, tradiciones y vivencias, lo que pretende ser una panorámica sobre el folclore ilicitano. En este proyecto recorre las tradiciones y fiestas que acontecen en Elche con un análisis histórico y social, motivo por el que ha buceado entre documentos.

Así, la investigación de Payá recoge acontecimientos como el edicto que firmó Jaime II para conceder a Elche la feria de San Andrés en 1322 o el llamamiento que realizó la Cofradía de la Venida de la Virgen a que participaran las mujeres en las fiestas durante el siglo XIX, algo que causó un revuelo en la época. Entre sus páginas también hay espacio para otro hito histórico para la ciudad, la nevada de 1954 o San Antón, considerada como la fiesta más antigua de la localidad. Episodios que marcaron la memoria de toda una ciudad, algunos de ellos que todavía perduran y otros que han desaparecido. Así, los orígenes y la evolución de las señas de identidad de la ciudad forman parte del trabajo de Payá