¿Por qué hace referencias a gatopardos y suicidas en su libro sobre la Transición?

Actualmente hay muchas críticas negativas hacia la Transición. Una de ellas es la de que todo cambió para que nada cambiara, como el gatopardo. Fue un cambio efectivo, no cosmético. El libro está centrado en 1976 y lo que hicieron los procuradores de las cortes franquistas. Lo de suicidas es por una interpretación de Diario 16, en la que hablaban de que se estaban haciendo el harakiri. No fue un suicidio porque los procuradores siguieron, y así he querido plasmarlo.

¿Qué parte de la problemática actual se deriva de aquello?

Mucha de la problemática actual procede de la pérdida de los valores de la Transición. Aquella era una sociedad que buscaba consensos y en la de ahora hay desacuerdos. El futuro siempre se afronta mejor desde la unidad. Los historiadores intentamos, con la mayor fiabilidad posible, explicar los periodos pero las enseñanzas las tiene que sacar cada uno. Si no, el historiador carecería de su principal objetivo.

¿Cataluña es el ejemplo paradigmático de lo que decía?

Los grupos que entonces se llamaban nacionalistas catalanes fueron muy activos en la Transición y Barcelona fue la provincia, junto con Valencia y Alicante, donde el porcentaje del sí fue mayor. El régimen político actual está en cuestión porque el esquema de la Transición se ha roto, ya no hay bipartidismo. Otra cuestión es la de los valores de consenso y falta de reproche hacia el otro. Los españoles hemos perdido la conciencia de continuar juntos pese a las diferencias políticas.

¿Cuáles son los aspectos más desconocidos de este periodo que desvela en su libro?

El libro lo escribí porque tenía mucha curiosidad por el destino político de los procuradores. Es muy sorprendente porque el 60% se retiraron y el otro 40% se repartió por todo el arco político. Todo el mundo piensa que fueron a UCD y Alianza Popular y sí que la mayoría fueron a UCD. Pero ocho acabaron en el PSOE, otros en partidos nacionalistas y regionalistas y hasta uno terminó en el Partido Socialista Unificado de Cataluña, lo que eran los comunistas de Cataluña.

Y el sistema electoral que se aplicó, ¿fue el mejor posible?

La cronología desmiente que fuera un sistema pensado en favorecer a la UCD. El sistema electoral se pactó entre el Gobierno y la oposición, fue un pacto anterior a la creación de la UCD. Hubo muchas exigencias en la negociación del sistema electoral, había bastantes partidos, la llamada sopa de letras. Por eso se excluyó el sistema mayoritario y se hizo proporcional. Se desmontaron las leyes anteriores, por lo que no fue un suicidio.

¿Cuál fue la herencia franquista tras la Transición?

Se desmontó el régimen anterior para que España se homologara a Europa. Cuando hablamos de dictadura, parece que sólo mandara Franco. Él era la cabeza dictatorial de un régimen en el que mandaba mucha gente. Cuando Franco fue sustituido, el rey necesitaba que cambiaran las leyes porque era otro régimen. El franquismo no era un Estado de derecho pero sí contaba con derechos.