El 50% de los problemas de salud mental comienzan antes de los 15 años, y el 75% antes de los 18. Así lo aseguran desde la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental Grave de la Provincia de Alicante (Asfeme), en el acto que se celebró ayer en Elche con motivo del Día de la Salud Mental y en el que sobre todo se reivindicó una educación inclusiva para todas estas personas.

Tal y como señaló Noelia Aznar, directora-gerente de Asfeme, «todos somos susceptibles de padecer una enfermedad mental», por lo que desde esta asociación se insistió en la importancia de que las enfermedades mentales no sean tabú, que la sociedad hable con claridad sobre esta realidad y los gobernantes pongan los recursos adecuados para desarrollar políticas efectivas. Sobre todo para detectar y prevenir esta enfermedad y para fomentar los hábitos saludables.

La Plaça de Baix de Elche, ante el Ayuntamiento, acogió ayer al mediodía la lectura de un manifiesto, así como varias intervenciones, con la presencia de representantes de casi todos los grupos políticos municipales, y a través de los cuales sobre todo se reclamó una educación integradora para los enfermos mentales.

Manuel Aracil, uno de los asistentes ayer al acto y con un hijo con síndrome de Asperger, - «muy inteligente», matizaba-, se mostraba crítico con nuestros políticos ya que consideran que no están interesándose ni invirtiendo lo suficiente en todo este tipo de cuestiones.

Una suelta de globos verdes, con varios mensajes escritos sobre ellos, pusieron la nota de color a un acto en el que Diego Guilló, enfermo mental, destacó que trabajar la autoestima «puede permitir superar el autoestigma», todo ello después de recordar el lema de esta jornada: educación inclusiva, salud mental positiva.

Toñi López, que también quiso decir bien alto que ella es otra enferma mental, aseguró que la recuperación es posible, y que ella cuenta con una vida y trabajo normalizadas, dando a entender que existen muchos prejuicios sobre estas patologías.

Retos

Asfeme considera así imprescindible reclamar socialmente «una educación que apueste por los valores, que trabaje la diversidad y la inclusión y que tenga en cuenta los retos de una sociedad que cambia a una velocidad de vértigo, para que se consiga una salud mental más positiva de las generaciones futuras».

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) define actualmente la educación inclusiva como el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación.

María José Gisbert, presidenta de Asfeme, animaba ayer a que se faciliten a docentes itinerarios para la inclusión, sin olvidar la importancia de la prevención. «El sector educativo debe estar involucrado en la prevención y atención tempranas, enfrentándose a una de las principales dificultades de los problemas de salud mental: su carácter invisible que hace que, al contrario de lo que ocurre con las enfermedades físicas, permanezcan ocultos y conlleven un gran estigma», expresó Gisbert.