El juzgado de Elche que abrió diligencias por la desaparición de la ilicitana Patricia Aguilar ya ha tomado las primeras decisiones sobre la investigación de su captor, de Félix Steven Manrique, el gurú de la secta. La magistrada tiene abiertas las diligencias por cinco delitos, según publicaba ayer El Periódico, que ha tenido acceso a un auto dictado la semana pasada en el que se acuerda las primeras diligencias. El juzgado de Instrucción considera con base en la declaración de la joven que Manrique podría ser autor de hasta cinco delitos: coacciones, prostitución, corrupción de menores, explotación sexual y contra los derechos y deberes familiares. El diario supo ayer que la joven ha vuelto estos días al juzgado y que cada vez se encuentra en mejor estado.

Sobre los hechos que aparecen en la declaración de Patricia Aguilar, la magistrada pretende tomar declaración a Manrique en Perú, donde está encarcelado a la espera de una vista en la que se tendrá que decidir sobre su situación personal, que podría acabar con él en libertad.

Con este fin se enviará una comisión rogatoria a la prisión para que testifique aunque él acusado podría negarse a ello. En cualquier caso, esta es una cuestión que no se resolverá en los próximos días y que ahora está pendiente de una serie de trámites en los que participará el Ministerio de Justicia para gestionar la petición. La jueza quiere también ampliar la declaración de Patricia Aguilar que da lugar a estas actuaciones y en la cual aseguraba que grabó videos sexuales como parte de su proceso espiritual y que sufrió malos tratos, siempre según la información publicada por el citado medio.

Hechos

La joven se marchó a Perú cuando cumplió la mayoría de edad, lo que dificultó que las autoridades españolas pudieran buscarla o se interesaran por su caso. De hecho, el padre de Patricia ha pedido un endurecimiento de la legislación para casos de secta, como el que ellos han sufrido, al considerar que con la actual normativa puede volver a repetirse otra situación parecida. Patricia fue captada a través de internet, donde Manrique se presentó a ella como un experto en la interpretación de sueños. En su declaración la joven, que tuvo un niño durante su estancia en Perú, aseguró que fue utilizada para captar a otras jóvenes. Ella vivía en una selva en compañía de estas mujeres cuando fue liberada gracias al esfuerzo de su padre, quien desde el primer momento batalló para que regresara a casa.