Con medio siglo de vida, la urbanización Montesol, entre los términos municipales de Elche y Aspe, sigue reclamando la llegada de servicios tan básicos como el agua potable y alumbrado público. En este enclave de 185 viviendas residen personas que se las tienen que ingeniar, a través de aljibes que llenan con agua que llevan con cubas, y con el abastecimiento de agua de riego, para suplir esta importante carencia en pleno siglo XXI.

Y todo ello cuando la mitad de la urbanización, la que pisa Aspe, paga impuestos como suelo urbano, con recibos del Impuesto de Bienes e Inmuebles que superan los 2.000 euros, y a los que hacen frente residentes jubilados que necesitan guardar cada año varias de sus bajas pensiones para hacer frente a la contribución. Los de Elche, tras una reciente revisión, consiguieron recuperar la clasificación de suelo rústico, más acorde a los servicios que reciben, y se benefician, desde hace un año de una importante rebaja en este recibo municipal.

Lucha eterna

«Se trata de una lucha eterna», confiesa un vecino del residencial, cuando las tuberías de agua potable, tanto en la zona de Elche como en la de Aspe, pasan a escasos metros de distancia de sus hogares. Uno de lo mayores obstáculos a los que se enfrentan estos vecinos a la hora de reclamar el servicio de agua potable es la inversión económica que les piden, unos 6.000 euros por vivienda le solicitaron hace unos años para las viviendas que pertenecen a Elche. Una cantidad que los vecinos consideran «muy elevada para pagarla de una sola vez», y por eso solicitan «facilidades a la administración, que se pueda pagar en varios años». Ni que decir tiene que la urbanización tampoco dispone del servicio de alcantarillado, como pasa también en otras zonas urbanas de Elche como es la de Peña de las Águilas.

A este problema se suma el del abandono de los caminos que dan servicio a la urbanización Montesol. El camino principal, que se conoce como Camino Rico, presenta un estado de abandono total. «Es la vía principal de acceso a un parte importante de la urbanización, pero está llena de baches y desperfectos, lleva años en esta situación», explica uno de los vecinos de Montesol.

Los vecinos, insisten, llevan tres años enviando cartas al Ayuntamiento de Aspe, que es donde corresponde este camino, para exponer su situación de deterioro pero aseguran que nunca han recibido respuesta del consistorio de esta localidad.

En el caso de los caminos que pisan el término municipal de Elche la situación ha ido variando en función del color del partido político que ha estado en el Ayuntamiento. «Hace unos años cuando pedíamos algo es como si oyesen llover, y ahora, de vez en cuando, se adecentan los caminos, aunque en ocasiones hemos sido los propios vecinos los que nos hemos puesto de acuerdo para hacer arreglos puntuales», confiesan desde la urbanización que está entre las comarcas del Baix Vinalopó y el Medio Vinalopó.

Además de la falta de conservación de los caminos o el carril bici, por donde resulta peligro circular, y la de agua potable, los vecinos de Montesol también piden que se dote a la zona de alumbrado público. «No entendemos cómo pueden haber 15 farolas en las rotondas de la carretera de Elche-Aspe, y no se pueda poner una farola en cada calle de la urbanización», lamentan desde Montesol, que destacan que con el alumbrado se mejoraría la seguridad.