Aarón tenía marcas en el cuello procedentes de un intento de asfixia, lo que le ocasionó daños en el cerebro por la falta de oxígeno. Así lo afirma el primer informe de la autopsia, que ya ha sido remitido desde el Instituto Anatómico Forense de Alicante a la Ciudad de la Justicia de Elche. Esa falta de aire es la que habría ocasionado la pérdida de conciencia tras los fuertes golpes recibidos, especialmente en la cabeza, lo que le ocasionó un gran hematoma en la cara. Este informe aún preliminar y a falta del definitivo, confirmaría lo que hasta ahora le ha imputado la Fiscalía al padrastro en el auto judicial por el que se justificó el ingresaron en prisión provisional sin fianza el pasado sábado: asesinato. Él y la madre habían sido detenidos el jueves, horas después del ingreso en la UCI del pequeño de tan solo dos años.

Esta versión de lo sucedido es muy diferente de la manifestada por los dos acusados. La pareja, al ver que el menor no reaccionaba, pidió ayuda a una vecina para que trasladaran al pequeño al Hospital del Vinalopó. A esta mujer, que prefiere mantener el anonimato, le dijeron que el niño se había caído. Un relato que intentaron mantener ante el juez, pero que rápidamente fue rebatido por los primeros informes médicos del menor. «Se me fue la mano», reconoció entonces el novio de su madre, admitiendo un maltrato que, por otra parte, la autopsia también confirma que fue continuado. El cadáver de Aarón, que falleció en la noche del lunes al no poder superar las lesiones sufridas, presentaba marcas de agresiones antiguas.

Este informe es clave para sostener la acusación de asesinato, pues no se trataría tan solo de un golpe mal dado, sino que el pequeño habría recibido un intento de estrangulamiento. El presunto autor es su padrastro, de 25 años. Pero a su madre, de 27, se le imputa el mismo delito de comisión por omisión, al consentir, supuestamente, las agresiones y no hacer nada por impedirlas.

El informa apunta, además, que la falta de oxígeno sufrida por este intento de asfixia le había originado lesiones por falta de riego sanguineo en el cerebro. De hecho, lo más probable es que, de haber logrado salir adelante, el pequeño habría sufrido secuelas, tal y como señalaron ayer fuentes cercanas al caso.

La causa de la muerte habría sido una combinación de todas las lesiones sufridas. Por un lado, el intento de asfixia, y, por otro, los golpes que recibió. Una agresión que, para un niño de dos años, es de especial gravedad, y lo que desencadenó el fatal desenlace tras casi cinco días ingresado en la UCI Pediátrica del Hospital General de Alicante, donde llegó en estado crítico tras ser atendido y estabilizado en el hospital ilicitano.

La familia paterna se desplazó a Alicante el viernes, tras conocer la noticia. La madre del niño había denunciado al padre biológico por violencia de género y éste tenía una orden de alejamiento en vigor. Según contó la abuela paterna, llevaban tiempo luchando para que la justicia les permitiera ver al niño. Ni siquiera sabían, en un principio, que se había trasladado en abril a Elche desde Madrid, donde residían. Desde entonces, ni el padre biológico ni el resto de la familia habían sabido nada de Aarón, hasta que recibieron la llamada de la Policía para informarles de la triste noticia.

Las diligencias del caso continúan y habrá nueva toma de declaraciones en los próximos días una vez conocidos los resultados definitivos de la autopsia y dentro de la fase de instrucción.