El Ayuntamiento de Elche asumirá los gastos del sepelio de Aarrón, el niño de dos años que falleció en la noche del lunes en la UCI, tras ser trasladado desde Elche hasta el Hospital General de Alicante por las graves heridas sufridas por un supuesto maltrato a manos de su padrastro. La familia había lanzado un SOS en la noche de ayer, ya que no disponían de los 6.700 euros que les reclamaba la funeraria por los gastos derivados del tanatorio y el traslado a Madrid, la localidad de origen del pequeño y donde reside su padre y la familia, destrozada por el suceso. ASV, la mercantil encargada de los servicio funerarios, ha reducido la cantidad, si bien no han concretando en cuánto, pero se han ajustado los costes para ayudar a la familia. Desde el primer momento, fueron muchos los ciudadanos que se lanzaron a prestar ayuda a la familia, y esta mañana el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con ellos para ofrecerse a correr con todos los gastos, así como para prestarles ayuda psicológica para superar estos difíciles momentos. Así lo ha dado a conocer la familia y ha confirmado la edil de Bienestar Social, Tere Macià, a este diario. Las donaciones realizadas por particulares se destinarán a una "ONG que luche por el bienestar de los niños", ha apuntado su familia.

Así, sus seres queridos ya se encuentran de regreso a Madrid, junto con el cuerpo del menor, para que sea enterrado en su localidad natal.

Una abuela desesperada

"Estoy desesperada. Me piden 6.700 euros para poder llevarme a mi nieto". Milagros De La Mata, la abuela del niño de dos años que falleció el lunes por maltrato, presuntamente a manos de su padrastro, pidió así ayer, en nombre de la familia, la colaboración de las instituciones y la colaboración ciudadana para hacer frente al gasto de la funeraria. El menor carecía de seguro de defunción que haga frente a los gastos del funeral y del traslado del cuerpo a Madrid, de donde es su familia parte y también su madre, que permanece en prisión desde el pasado jueves, cuando el pequeño ingresó en el Hospital del Vinalopó de Elche, donde fue estabilizado en estado grave antes de ser trasladado a la UCI del Hospital General de Alicante, donde finalmente falleció.

"Mi contrato de trabajo acabó el lunes, estaba haciendo una sustitución de verano y mi hijo -el padre del menor-, trabaja en un estanco pero cobra 500 euros. Vivimos al día, no tenemos ese dinero", relata desesperada.

Mañana a primera hora de la mañana - por hoy- comparecerá ante el juez para que autorice el traslado el menor, "y si me dicen que me puedo llevar a mi niño y no tengo el dinero, no sé qué voy a hacer". Así, hizo un llamamiento, tanto a las instituciones públicas como a todo aquél que quisiera colaborar.

El padre del menor desconocía por completo la situación que atravesaba su hijo. "Tenía una orden de alejamiento con respecto de la madre, que quebrantó para poder ver al niño y saber cómo estaba. Pensábamos que la madre estaba en una residencia en Alcobendas. Fue un golpe muy duro cuando nos enteramos por la Policía que estaba en Elche, con este energúmeno -en referencia a la pareja de la mujer y presunto agresor-, y que lo habían maltratado. Que quede muy claro que la familia paterna no sabía nada, y que hemos estado al lado de mi nieto desde que nos enteramos".

A prisión la madre y su pareja

La madre del pequeño y su pareja fueron detenidos el mismo jueves a mediodía, y el juez decretó para ambos prisión sin fianza tras pasar a disposición judicial el pasado jueves. El como supuesto autor material de la agresión, ella por no haber hecho nada para evitarlo.

El juzgado de guardia de Elche, a petición de la Fiscalía, envió a prisión a la pareja hace tres días y los acusó de un delito de asesinato en grado de tentativa, una acusación que, a raíz de lo acontecido en las últimas horas, se modificará.

El padrasto del pequeño admitió ante el juez que "se me fue la mano". Así trató de justificarse en su declaración ante el juez. Los informes médicos remitidos por el Hospital General de Alicante, así como los testimonios de algunos vecinos de la pareja, que relataron que era frecuente escuchar llorar al niño, apuntan a que se trata de un delito continuado de maltrato.