"Me he sentido protegida, engañada y en peligro". Así relataba Patricia Aguilar, la ilicitana captada por una secta en Perú y liberada este verano, el infierno que vivió tras abandonar su casa para acudir junto a Félix Steven Manrique, el líder de la agrupación. Aguilar ha escrito una carta, tal y como emitió anoche el programa Expediente Marlasca, en La Sexta. "En todo momento corríamos peligro por su agresividad", cuenta la joven, que asegura que "estaba tan manipulada que aún sin verlo (que era ese supuesto líder espiritual-, lo creía firmemente.

Patricia también afirma que se sintió "protegida al principio pero dependiente después. Engañada al ver, tras mucho tiempo, que no era lo que yo pensaba y en peligro por el tema médico, de alimentos y por él mismo. Por su agresividad, en todo momento corríamos peligro. Si tratábamos de hablar entre nosotras -Patricia convivía con otras dos mujeres- de las agresiones o de que dudábamos o no creíamos lo que él decía, ya nos prohibía hablar entre nosotras y nos manipulaba para pensar mal de la otra", relata.

El punto de inflexión fue el nacimiento de su hija: "Naaomi supuso un cambio increíble. Él le demostraba cariño a veces. Otras, estaba harto de ella. Entonces yo pienso que ese cariño no era más que teatro".

Patricia fue liberada en julio de la secta, y regresó a España a mediados de agosto, donde se recupera física y psicológicamente de todo lo vivido. Su padre, Alberto Aguilar, emprendió una dura lucha hasta recuperar a su hija y, cuando la abrazó en Perú, "sabía que era la misma que se fue", cuenta al programa de La Sexta.

Causa judicial

La causa contra el líder de la secta también continúa su curso. El detenido se encuentra en prisión provisional, tras decretar la juez hace unos días nueve meses de internamiento, y otros cuatro para que todas las partes aporten pruebas que certifiquen la acusación. El Ministerio Público, por el momento, lo acusa de un delito de trata de personas, al usar a Patricia y a las otras mujeres con fines económicos. De hecho Patricia fue encontrada en la selva a cargo de otros cuatro menores -más su hija-, que, según las investigaciones, eran explotados pelando y secando granos de café que luego vendían en los mercadillos. Las investigaciones comenzaron tras las denuncias de las familias de las mujeres captadas, y se aceleraron cuando el pasado mes de junio el padre de la joven ilicitana, Patricia Aguilar, se desplazó hasta Perú para continuar con las pesquisas y facilitar la labor de las autoridades.