Sí a negociar los presupuestos con Ciudadanos, pero no a cualquier precio, como es bajar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). El «ultimátum» de la formación naranja al equipo de gobierno para hacer una rebaja de 6,5% en el tributo municipal no ha hecho, por el momento, que el alcalde, Carlos González, se mueva de su sitio, pese al riesgo de quedarse si presupuestos para 2019.

El primer edil se niega a ceder ante las imposiciones de David Caballero y a hacer una rebaja del gravamen con más peso para las arcas municipales. Lo considera inviable y se justifica en no estar dispuesto a «hipotecar» el próximo mandato, ya que aprobar una rebaja este año tendría sus efectos directos en la recaudación de 2019. «No podemos hipotecar la próxima legislatura con un decenso inasumible de ingresos», asegura. Todo ello a las puertas de unas municipales, en las que se ve con opciones para seguir gobernando la ciudad. La carrera electoral ha comenzado.

Con las conversaciones a punto de iniciarse entre el Ejecutivo local y la formación de Albert Rivera, González no ha cerrado del todo la puerta, pero para sentarse a hablar y tratar de reconducir las exigencias de aquellos con los que han mantenido un «matrimonio de conveniencia» en estos dos últimos años con tal de sacar los presupuestos adelante, al estar en minoría. Por ahora, sus objetivos pasan por buscar alternativas para pactar unas cuentas que atiendan a la congelación fiscal sin reducir la capacidad de maniobra en cuanto a las inversiones para el municipio. Uno de los argumentos que dará el regidor ilicitano a los de Ciudadanos será buscar un acuerdo para orientar el presupuesto más a las políticas de gasto que de ingresos.

Y en eso tendrá mucho que ver las medidas que, finalmente, acaben aceptando de la formación naranja. El año pasado tuvieron que dar como buenas el 90% de 150 propuestas y para esta ocasión, tal y como Caballero ya ha advertido esta semana, no se van a quedar cortos.

Y es que, de cara a la galería, al alcalde le conviene sacar adelante unos presupuestos en un momento decisivo como es en un año preelectoral en el que se juega mucho. Algo que González prefiere calificar como «ejercicio de madurez política».

Precisamente, en uno de los asuntos que más han sacado pecho los socialistas en que se trata del primer mandato de la congelación fiscal. Aluden a que ni siquiera se ha actualizado el IPC y que, por contra, las tasas y los impuestos permanecen invariables. En este sentido, el alcalde argumenta que los gastos sí que han ido al alza, como es el coste del servicio de limpieza y de recogida de basura y el transporte público, entre otros, que sí que han experimentado un aumento del IPC. A ello se suma la paga a los funcionarios (en 2,5 millones).

Ahora bien, los presupuestos de este año contemplan unos ingresos extra de tres millones de euros, respecto a lo recaudado el pasado ejercicio, por la regularización de catastral y el aumento de la construcción. El alcalde reconoce que sí que se recaudará más, pero que esa cantidad «ayudará a equilibrar» las cuentas por ese aumento de gastos.

Sea como sea, la cuenta atrás ha comenzado. Dentro del tripartito, Compromís, que ha venido posicionándose sobre este tema con el PSOE, ha puesto el foco esta semana en anteponer las ayudas para las rentas más bajas, sin cerrar tampoco la puerta a la negociación. El Partido de Elche ya mostró sus cartas antes del verano y se puso al lado de la oposición.