Penas de entre seis y siete años de cárcel solicita la Fiscalía para los tres atracadores que el pasado 6 de abril entraron al mediodía en la empresa Handyflex, situada en el polígono de Algorós, donde armados con una pistola en mal estado y un revólver viejo y no apto para el disparo, intentaron sin éxito llevarse el dinero de las oficinas. El robo con violencia e intimidación, en el que hubo heridos, pues uno de los rehenes resultó herido con un cúter, se frustró por el arrojo de los trabajadores que lograron reducir a los atracadores.

Según el relato de hecho que se lleva a juicio, era la una de la tarde cuando los atracadores, uno de ellos cubriendo su cabeza con una braga para evitar ser identificado, pues era conocido en la fábrica, entraron en la nave sin ser vistos. Al ser mediodía la actividad ya se había detenido. Según la Fiscalía, dos de ellos subieron a las oficinas con las armas mientras el tercero se quedaba vigilando que nadie viniera. Sin oponer resistencia, los tres trabajadores que allí estaban les entregaron el dinero y los objetos de valor, que no se cuantifican en el informe de conclusiones provisionales de la Fiscalía, pero que al parecer fueron recuperados. Para vencer cualquier resistencia, uno de ellos colocó el revólver sobre la sién de uno de uno de los retenidos mientras su compañero, para facilitar la huida, procedía a atar a uno de ellos.

Víctimas

Mientras tanto, un trabajador que no se había marchado observó lo que estaba ocurriendo en las oficinas y dio aviso a otros tres compañeros que aún se encontraban también en las instalaciones. Acto seguido, cerraron la nave por el exterior dejando encerrados a los tres atracadores y a las tres víctimas en las oficinas.

El nerviosismo cundió entonces entre los atracadores que intentaron huir llevándose a uno como rehén. Mientras bajaban las escaleras, este, en un descuido, logró quitarle el revólver al atracador, comprobando que el arma era de plástico, avisando a sus compañeros para que entraran a ayudarle. Uno de los atracadores cogió entonces un cuchillo, que colocó en su cuello cortándole si bien no pudo impedir que los empleados entraran aprovechando el barullo y los redujeran. El atraco había finalizado. Ya sólo quedó esperar la llegada de la Policía.

Las tres personas que estuvieron retenidas por los atracadores sufrieron crisis de ansiedad y lesiones que tardaron en sanar entre 20 y 30 días y el juicio se va a ver ahora en Elche. La Fiscalía acusa a los tres de un robo con violencia en grado de tentativa y cuatro delitos de lesiones. Uno de ellos no tenía antecedentes.