Acabadas las vacaciones de verano, las aulas de colegios, institutos y centros privados de Elche volvieron a llenarse ayer de jóvenes. Fue una jornada de estrenos y de nervios, la más esperada para muchos, desde los niños ansiosos por conocer las novedades que les deparará el curso recién estrenado y las caras de nuevos compañeros, hasta los padres, que, por primera vez en mucho tiempo, se separan de sus hijos durante unas horas. En total, fueron 35.000 los estudiantes que retomaron ayer las clases, repartidos en los más de 70 centros que conforman el paisaje educativo ilicitano.

Desde el Ayuntamiento anunciaron que el curso arranca con «normalidad», después de que tanto el alcalde, Carlos González, como la responsable del área de Educación, Patricia Macià, visitaran tres colegios -Dama d'Elx, Luis Vives y Mariano Benlluire-, en los que se interesaron de primera mano por la situación de las instalaciones y tuvieron la oportunidad de conocer en persona cuáles son las inquietudes de padres y profesores.

La «normalidad» que menciona el Consistorio ilicitano contrasta con la problemática de los barracones, que continúa sin resolverse y que en el curso que dio comienzo ayer tiene atrapados a 300 escolares. Esta cifra es la misma que durante los últimos años, por lo que el problema no se ha reducido. Las obras que tantas veces ha anunciado el Consell no terminan de arrancar y es la propia Concejalía de Cultura la que se apresura ahora paraa encontrar soluciones y que los estudiantes puedan abandonar los módulos prefabricados en los que reciben clases alejados de las condiciones más adecuadas.

El alcalde, por su parte, quiso destacar ayer la puesta en marcha del programa Xarxa Llibres, con el que los alumnos podrán tener acceso a libros de manera gratuita. «Estamos haciendo un esfuerzo para la mejora de los centros, con una inversión de unos 500.000 euros al año en pintura, la adecuación de los aseos o el arreglo de las pistas deportivas, lo que posibilita que los colegios estén en condiciones óptimas», señaló González. Las declaraciones del regidor aluden, entre otras cuestiones, a los trabajos que se han venido llevando a cabo los últimos meses en más de una decena de centros educativos, aprovechando que estaban vacíos con motivo de las vacaciones estivales de los menores.

El descenso de la tasa de natalidad también ha llevado a los colegios de Elche a perder alumnos. Este año sus aulas recibirán 500 escolares menos entre Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato. También hay 400 estudiantes que se han inscrito fuera de plazo, debido al incremento de las familias que, por razones de trabajo, han cambiado su domicilio a la ciudad y han hecho las inscripciones a última hora.

Desde Elche también se ha solicitado una entrevista con el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, para impulsar la construcción de las infraestructuras educativas que están pendientes y acelerar las reformas de las que en estos momentos están en marcha. Otra de las reuniones pendientes es con la directora general de Formación Profesional, Marina Sánchez, con el objetivo de que los institutos abran por las tardes.

En cuanto a la postura de los padres, las inquietudes también son grandes, como se pudo comprobar la semana pasada con la intervención en el colegio Reyes Católicos de Elche del presidente de la Gonzalo Anaya, Txomín Angós, una confederación que agrupa a un millar de asociaciones de padres de toda la Comunidad Valenciana. Cuestiones como la religación, la educación concertada o el amiento presentan muchas aristas.

Por su parte, Ilicitanos por Elche ha denunciado que la Conselleria de Educación ha incumplido de nuevo sus compromisos con las comunidades educativas del instituto de Torrellano y del colegio público Jaume I, que han comenzado el curso lectivo con parte de la fachada de sus edificios acordonadas por seguridad y, en el caso del centro de educación Infantil y Primaria, además sin el ascensor cuya instalación estaba comprometida.