Con el centro histórico patas arriba por unas semanas. Así se presenta el panorama en dos de los puntos más transitados del casco antiguo ilicitano. De zanja en zanja por la coincidencia de dos obras, apenas distanciadas unos metros, que han obligado a abrir el subsuelo y han alterado el tránsito de los peatones. ¿La «culpa»? El Mercado Central y una línea eléctrica de alta tensión.

La tercera fase de las catas arqueológicas para determinar si habrá o no un nuevo Mercado Central han irrumpido de nuevo en entorno de la plaza de la Fruita y de la plaza de las Flores. Septiembre ha arrancado con la que, salvo imprevistos, se presumen ya como las últimas excavaciones, que serán decisivas para conocer el futuro del proyecto. Salvo que surjan nuevos imprevistos. Y así, durante los dos próximos meses estará la calle contigua al inmueble de abastos, según señaló la concesinaria a este diario.

El objetivo de Aparcisa es que en ese plazo acaben las excavaciones y el informe que tienen que remitir a la Generalitat sobre la existencia de restos arqueológicos de valor o no, lo que podría detener el proyecto, con el que se pretende construir un aparcamiento subterráneo y tirar abajo el actual inmueble.

Estos días, el trasiego de operarios abriendo socavones, junto al de los técnicos de la empresa mixta Aigües d´Elx, para estudiar las canalizaciones de agua, ha sido llamativo en la calle, donde ya se han instalado algunas pasarelas para dar acceso a las viviendas y negocios que aún quedan abiertos en la plaza de la Fruita.

Con resignación acogían esta semana el inicio de los trabajos, pero, sobre todo, con incertidumbre por desnocer cuándo se resolverá el culebrón del Mercado Central.

No muy lejos, las aceras también se han empezado a levantar en la calle Uberna y la plaza de Eres de Santa Llúcia, donde las zanjas se han abierto paso después de que los trabajos finalizaran en la plaza del Congreso Eucarístico. ¿El motivo? La sustitución de una línea eléctrica de alta tensión que da servicio a las viviendas y establecimientos de esta zona del centro.

Ahora, este concurrido enclave, próximo a las terrazas de locales de ocio, estará también «agujereado» hasta finales de septiembre, según apuntaron desde la Concejalía de Mantenimiento. Y es que, una vez que Iberdrola dé por concluidos los trabajos en este punto neurálgico, las zanjas se extenderán hasta la calle San Vicente. La previsión, según señalaron desde el Ayuntamiento, es que a finales de este mes pueda acabar todo el ajetreo. En este caso, también un arqueólogo se encarga de supervisar la actuación al ser una zona susceptible de la aparición de restos arqueológicos.